Gastos extraordinarios
Los gastos extraordinarios consisten en aquellos gastos que no se tienen planificados y que, por tanto, se producen sin previo aviso.
Es decir, son aquellas partidas del presupuesto que se producen de forma aleatoria en el tiempo, pero que se pueden llegar a prever.
Los gastos extraordinarios y las provisiones
Si bien la antítesis de los gastos extraordinarios podrían ser perfectamente los ingresos extraordinarios, existe un mecanismo contable y financiero que disminuye el impacto que le puede suponer a una empresa un gasto no planificado.
La herramienta o recurso de la que estamos hablando son las provisiones. Se pueden hacer provisiones de todo tipo, tanto de posibles reparaciones de maquinaria como de futura formación para el personal. Este tipo de mecanismos tratan de acumular un capital en forma de ‘hucha’ para llegado el momento, ejecutar el montante cuando se requiera.
Si por el contrario a una empresa, su economía interna no le permite ejercer un ahorro suficiente, la contratación de seguros pueden funcionar como un buen sustituto de las mencionadas provisiones. Cuando se posee un seguro de accidentes de vehículos, nos estamos cubriendo ante un posible acontecimiento inesperado que nos obligue a gastar sin tenerlo previsto. Aquí es donde entran en juego los seguros y/o las provisiones, según más interese.
La mayoría de las empresas que poseen una estructura financiera amplia, utilizan una estrategia híbrida, en la que utilizan la contratación de seguros y las provisiones según sea más conveniente.
Ejemplos de gastos extraordinarios
Algunos casos que nos podemos encontrar son:
- Rotura de una máquina relacionada con la producción. En este caso podríamos haber reunido una cantidad en una provisión para poder adquirir una nueva o repararla. O por otro lado también tendríamos la opción de haber contratado un seguro de daños.
- Accidente de tráfico. En este caso es raro el caso en el que una empresa realiza una provisión. Es decir, si la empresa no se dedica al propio renting de vehículos este llevará en la mayoría de los casos un seguro incluido en la cuota de renting.
- Crecimiento inesperado de una nueva tecnología. En este caso no es posible contratar un seguro que proteja a una empresa del desfase tecnológico. Sin embargo, podemos optar por crear una provisión, ya que será la opción más adecuada para investigar la tecnología en cuestión y formar a nuestros empleados.
Así pues, dependiendo del gasto extraordinario que se nos presente podremos evitar en gran parte el impacto que este tendrá sobre las cuentas de nuestra empresa.