Formación bruta de capital fijo

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Se denomina formación bruta de capital fijo a la medición de los aumentos o disminuciones de la cantidad total de bienes duraderos en cierto territorio durante un tiempo en cuestión.

La formación bruta de capital fijo es un concepto de carácter macroeconómico que mide el valor de los activos fijos adquiridos o producidos en un periodo determinado tanto por el sector público como por el privado.

En otras palabras, se engloba tanto a empresas, familias y organismos estatales. Por este motivo, es necesario señalar que el cálculo a realizar para su estudio comúnmente abarca a elementos nacionales, operen o no dentro de los límites territoriales de un país.

Por ejemplo, si una empresa de Murcia adquiere maquinaria industrial en Oceanía se consideraría un incremento de capital fijo español. Otro ejemplo frecuente es el de las compañías extractoras de petróleo u otros recursos naturales fuera de sus fronteras.

También es conocido este fenómeno con las siglas FBCF o su denominación anglosajona, Gross Fixed Capital Formation.

Relevancia de la medición de formación bruta de capital fijo

Su importancia es grande a nivel de estudio económico, y más concretamente en el ámbito macroeconómico, debido a que la formación bruta de capital fijo es considerada como uno de los componentes principales de la inversión. Por ello, es parte a tener en cuenta para la estimación del PIB de un territorio.

La FBCF puede ser una herramienta útil a la hora de estudiar o analizar la situación económica en un momento determinado para un país, a través de la observación del nivel de inversión en bienes nuevos o la reinversión y cesión de bienes anteriores, así como su consumo.

Características a tener en cuenta sobre la formación bruta de capital fijo

Un dato de especial importancia es que el cálculo de la formación bruta de capital excluye la actividad de compra y venta de terrenos, ya que la estimación del valor de una determinada tierra no afecta a la totalidad del terreno de un país.

Sí que es incluida la compra y venta de viviendas, locales comerciales y otros tipos de construcciones en calidad de activos fijos.

Por otro lado, en el cálculo total son incluidas también las variaciones de existencias. Esto supone que se tienen en cuenta los aumentos o disminuciones de la cantidad de bienes duraderos no clasificados como capital fijo.