Ferrocarril

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El ferrocarril es un medio de transporte y de carga de mercancías terrestre, que consiste en el desplazamiento a través de raíles metálicos de un vehículo autopropulsado y capaz de desplazar varias toneladas de peso.

Enmarcado dentro de la Primera Revolución Industrial, el nacimiento del primer ferrocarril supuso el ejemplo cumbre de la labor de emprendimiento tecnológico e industrial en occidente. Desde su invención, el ferrocarril fue visto como una manera rápida y eficiente de transportar grandes volúmenes de carga y significativas cantidades de personas en poco tiempo.

Su funcionamiento se basa en el desplazamiento de los vehículos fijados a la locomotora o vagón propulsor a través de líneas o vías metálicas. Las mismas se fijan paralelamente y delimitan sus direcciones, permitiendo trazar físicamente distintas alternativas terrestres para dicho movimiento.

Hasta su aparición, la manera de abarcar dichas distancias por tierra era por medio del empleo de tracción animal. Además también se aprovechaban los cursos de los ríos para delimitar rutas de transporte en embarcaciones destinadas a dichas labores logísticas.

La irrupción del ferrocarril en las sociedades que lo adoptaron gradualmente supuso la adopción del tren como el nuevo medio de transporte más importante durante el transcurso del siglo XIX.

Así pues, se acortaron las distancias sociales, político y económicas, facilitando, a su paso, la aparición de nuevos intereses comerciales.

¿Cuándo y quién inventó el ferrocarril? Historia del ferrocarril

La creación del ferrocarril va de la mano de la invención de la máquina de vapor. El inventor fue el inglés James Watt, a finales del siglo XVIII. Quien patentó el primer proyecto de locomotora impulsada a través de este medio.

Dicho prototipo fue avanzado significativamente por distintos emprendedores e ingenieros, destacando la labor del también británico George Stephenson.

Él mismo logró desarrollar el modelo hasta ser capaz de transportar, por primera vez, varias toneladas de carbón, incluso en terrenos que se encontraban en pendiente. En esta línea, el primer ferrocarril abierto al público se inauguró en 1825.

Este avance fue crucial para el desarrollo posterior de las líneas de ferrocarril y su rápida expansión.

Reino Unido acogió en esos primeros años los primeros prototipos de ferrocarril, que confluyeron en la construcción de la primera línea de tren entre Manchester y Liverpool.

Es decir, en plena ebullición de la industrialización acometida principalmente por los ingleses.

Importancia del ferrocarril

La aparición del tren supuso la posibilidad de interconectar por vía terrestre puntos lejanos en multitud de países e, incluso, continentes. Fruto de ello nacieron las primeras líneas ferroviarias. Estas permitieron recortar extensos plazos de entrega en materia de rutas comerciales navales, por ejemplo.

De este modo, fue posible conectar mediante vías Europa con Asía, así como acortar plazos de desplazamiento en América. En este contexto, destacan las extensiones amplias de Estados Unidos o México y en el extenso continente africano.

Fue tal la importancia del ferrocarril y su crecimiento exponencial que muchas administraciones públicas asumieron su gestión. Junto a la iniciativa industrial de tipo privado, motivaron la denominada fiebre del ferrocarril.

Junto a la aparición del automóvil, se erigió como principal modo de desplazamiento de mercancías y cargas pesadas por medio terrestre durante más de un siglo.

Evolución histórica del ferrocarril

Con la aparición de nuevos modelos tecnológicos y de transporte, destacando la importancia del avión, el ferrocarril ha mantenido su valor e importancia a nivel global.

Desde la primigenia máquina de vapor hasta los actuales trenes de autoimpuso eléctrico y con fuentes de energía renovables, se han sucedido múltiples avances tecnológicos que han ido aplicándose progresivamente a este invento.

Ejemplo de ello es la aparición de modelos similares como el tranvía en pequeños núcleos de población, o los trenes de alta velocidad.