Estancamiento secular

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El estancamiento secular es una situación de bajo crecimiento económico por un tiempo prolongado, y donde los episodios de pleno empleo son esporádicos y distanciados entre sí.

El estancamiento secular implica entonces una depresión económica que se convierte en una nueva normalidad, con bajas tasas de expansión del producto interior bruto (PIB) y otros síntomas como una persistente tasa de paro y tipos de interés reducidos.

El primero en acuñar el término fue Alvin Hansen en 1930. Esto, en el marco de la Gran Depresión, cuando se desató la mayor crisis económica del siglo XX que dejó secuelas en los años posteriores.

Luego, el término estancamiento secular fue retomado en el 2013 por Larry Summers, quien buscaba encontrar una explicación a la lenta recuperación de la economía tras la Gran Recesión.

Para Summers, el estancamiento secular se debería a una baja demanda, la cual trae como una de sus principales consecuencias deflación. Esto implica que las empresas están recibiendo menores retornos.

Causas del estancamiento secular

Las causas de un estancamiento secular ocasionado a partir de la Gran Recesión del 2008 serían las siguientes:

  • Mucho ahorro y poca inversión: Se observa una mayor propensión al ahorro, particularmente, en los países desarrollados, disminuyendo aquellos fondos destinados a la inversión. Dicho fenómeno se refleja en los tipos de interés bajos, incluso cercanos a cero. Así, se puede interpretar que existe un exceso de oferta de fondos disponibles para prestar, por lo que el precio del dinero (la tasa de interés) cae.
  • Baja demanda: Está relacionada con el punto anterior. Si aumenta el ahorro, quedan menos recursos destinados al gasto y a la inversión. Así, se reduce el ritmo de crecimiento económico.
  • Nuevas tecnologías relativamente menos eficientes: Las nuevas tecnologías del siglo XXI no habrían aumentado tanto la productividad de la economía como sí lo hicieron invenciones de inicios del siglo XX como la electricidad y la aviación.
  • Menor tasa de crecimiento demográfico: Se observa una menor tasa de natalidad, tanto en los países desarrollados como en los emergentes. En consecuencia, se esperaría que esto genere un menor crecimiento de su PIB por la reducción en uno de sus factores de producción, la mano de obra.

Argumentos en contra del estancamiento secular

Si bien hay evidencia de que los países desarrollados han presentado signos de estancamiento secular tras la crisis del 2008, se debe tomar en cuenta que existe un factor que no se debe asumir como estático, la tecnología.

En tanto la humanidad pueda seguir generando innovaciones a futuro, siempre existirá la posibilidad de que la productividad de la economía global repunte. De esa forma, se podrán alcanzar mayores tasas de crecimiento.