Escepticismo

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El escepticismo es una corriente filosófica que niega que exista la verdad objetiva, dudando así de todo lo que le rodea.

El escepticismo se convierte así en una filosofía que duda de todo, incluso de lo que parece innegable y evidente. Los escépticos piensan que todo depende de quién experimenta algo o de quien realiza la labor de investigación. Es decir, defienden que todo es subjetivo y que no depende del objeto que se investiga, sino que lo hace según el sujeto que realiza dicha labor.

Características del escepticismo

La principal característica del escepticismo o del escéptico es la duda, nada es totalmente cierto, ni falso. Por eso, la mejor herramienta es el empirismo, las cosas, para demostrar su veracidad, han de ser probadas a través de la investigación.

Aun así el pensador escéptico sigue dudando puesto que defiende que los sentidos pueden alterar la realidad. Ya que cada persona se ve influenciada por sus propias percepciones sensoriales. Por tanto, desde el punto de vista de esta corriente, no se afirma, se opina. Cuando una persona afirma algo lo hace desde su perspectiva, no puede hablar de verdad objetiva porque no todo el mundo va a compartir su posición.

El escepticismo es así una corriente contraria al dogmatismo, ya que esta doctrina defiende la existencia de verdades innegables e incuestionables, argumento que choca frontalmente con el postulado escéptico. Más aun en contra se posiciona del mundo religioso.

El término escepticismo, etimológicamente, proviene del griego y está formada por skeptikós, que significa “el que examina”, y el sufijo –ismo, que indica que se trata de una doctrina, teoría o sistema.

Origen del escepticismo

El origen de esta corriente filosófica lo encontramos en la antigua Grecia, siendo Pirrón de Elis su primer pensador. El filósofo desarrolló su vida filosófica entre el siglo IV y el III a. C. Su pensamiento estuvo muy influenciado por los gimnosofistas, filósofos indios que practicaban el ascetismo, la búsqueda de la perfección moral y espiritual a través de la renuncia de los placeres materiales. Pero Pirrón, a diferencia de los gimnosofistas, duda porque cree que el ser humano no dispone de la capacidad suficiente para encontrar verdades. Aquí está el origen del escepticismo.

Pirrón de Elis no dejó textos escritos, solamente un poema alabando a Alejandro Magno por sus gestas, a quién acompañó durante su viaje por Asia. Pero Aristóteles sí que consiguió recoger en una de sus obras las tres preguntas que el pensador escéptico realizaba. Cómo son las cosas por naturaleza, qué actitud debemos adoptar ante ellas y qué sacamos de tomar esta actitud.

Con posterioridad, al escepticismo le seguirían otra serie de pensadores, como Timón de Fliunte, Enesidemo, Agripa o más recientemente David Hume, filósofo y economista del siglo XVIII, autor de obras tan relevantes como su Tratado sobre la naturaleza humana o Ensayos sobre moral y política.

Otras acepciones

Cotidianamente, el escéptico es aquella persona que no se cree todo lo que le cuentan. El escéptico necesita verlo y experimentarlo por el mismo para comprobar la veracidad de la afirmación recibida. Rechazando, consecuentemente, todo aquello que escapa de su compresión. Solamente se fía de sus sentidos.

En el campo científico, el escepticismo es sinónimo de empirismo, y es una característica más de la investigación científica, ya que sin ello las investigaciones podrían carecer de rigor y veracidad.