Economía del Imperio carolingio
La economía del Imperio carolingio se desarrolló entre los siglos VIII y IX. El modelo en que dicho sistema basó su subsistencia estuvo marcado por los constantes conflictos militares y la priorizaron de la agricultura en lugar del intercambio comercial.
Históricamente, se considera que la economía del Imperio carolingio supuso el desarrollo fundamental del sistema económico atribuido a la Edad Media en Europa.
Entre los siglos VIII y IX d.c, el Imperio, originado por el célebre Carlomagno en la actual Francia, contó con gran relevancia en un entorno sociopolítico cambiante.
La creación de grandes concentraciones de terreno feudal y el dominio de clases sociales, como la nobleza y el clero, ayudaron a establecer el modelo social del Antiguo Régimen.
En ese sentido, la economía carolingia era poco desarrollada y dirigida a la subsistencia. No contaba con importantes avances tecnológicos o productivos, más allá de sistemas de arados y sistemas de regadío incipientes.
Vocación de la economía del Imperio carolingio
El sistema económico carolingio planteaba un modelo agrario de subsistencia. Es decir, priorizaba los cultivos para el abastecimiento de sus poblaciones más allá de intenciones de comercio con otros territorios.
En ese sentido, el mapa sociopolítico y económico de esta época planteaba una diferenciación entre los pueblos de oriente más enfocados a la industria y al comercio. Mientras, por su parte, el occidente mantenía posiciones agrarias o rurales más marcadas.
Por ello, la creación de valor o la obtención de beneficios era escasa o casi nula. Únicamente se producía lo necesario para sobrevivir, teniendo que responder, además, impositivamente a los poderes estatales o eclesiásticos.
Si bien es cierto que también existió un importante papel del intercambio de productos gracias a la cercanías de los puertos navales del Mar Mediterráneo.
Pilares de la economía del Imperio carolingio
La estructura económica de los carolingios estaba marcada con los enfrentamiento militares con los pueblos de sus alrededor.
Los constantes choques con el Imperio bizantino y las amenazas musulmana y germánica respectivamente significaron un acceso más difícil a las rutas comerciales.
Por ello, el Imperio carolingio se vio abocado a recurrir a su autosuficiencia agraria, con los siguientes aspectos destacables:
- Escasa relevancia inicial del comercio: La actividad económica principal era el cultivo de cereal. Sin embargo, con las consecuentes victorias militares y la expansión del Imperio, los carolingios tuvieron mayor acceso a rutas comerciales mediterráneas.
- Modelo de subsistencia: Las constantes tensiones bélicas y la escasez de producción agrícola se tradujeron en crisis económicas. De su mano, se experimentaron frecuentes hambrunas y epidemias.
- Peso social dominante: Iglesia y Estado presionaban en material fiscal a las sociedades por sus propios intereses.
- Atomización territorial: El modelo económico de subsistencia desincentivaba la concentración social en ciudades. Por ello, era frecuente la descentralización y una importancia menor del concepto de ciudad.
- Conversión de la mano de obra: La esclavitud fue gradualmente convertida en servidumbre. Ello, debido a las pobres condiciones económicas.
- Propiedad privada: La no relevancia del comercio y la apuesta por la autosuficiencia agraria se traducía en un mayor valor otorgado a las tierras y su posesión. Únicamente las grandes rentas feudales contaban con propiedades.