Dirección por valores
La dirección por valores es un tipo de liderazgo basado en la sustitución de las normas por valores. Se persigue que los objetivos de la empresa estén en consonancia con los principios de los trabajadores.
La dirección por valores pretende que los trabajadores se sientan cómodos y orgullosos de formar parte de una empresa responsable y ética. De esta forma, los empleados incrementan su grado de pertenencia a la organización y les hace más productivos.
En este estilo de dirección los rangos superiores se caracterizan por tener cercanía con los rangos inferiores, permitiendo un mejor funcionamiento del equipo de trabajo. Tanto la empresa como los jefes cuentan determinados valores con los que los empleados se sienten identificados. En consecuencia a esto, se fomenta el trabajo en equipo y se incrementa el rendimiento al lograr sinergias entre ellos.
Los objetivos establecidos por la organización cuando se lleva a cabo una dirección por valores deben ser realistas. Este estilo de liderazgo puede generar un exceso de motivación entre los empleados, por tanto, unas metas inalcanzables tendrán como consecuencia la desmoralización de los integrantes de la plantilla. Esta situación tendrán un efecto negativo en la productividad.
Objetivos de la dirección por valores
Cuando se decide llevar a cabo una dirección por valores, se pretenden alcanzar las siguientes metas:
- Simplificar: La gestión de una empresa y de todo su equipo humano es muy complejo, de esta forma podrá ser más liviana.
- Armonizar: Conseguir reducir el número de conflictos e ineficiencias entre los trabajadores.
- Orientar: Señalar el camino que debe recorrer la compañía en el largo plazo para lograr el éxito y lograr los objetivos marcados.
- Comprometer: Los empleados deben estar comprometidos con la empresa y explotar todo su potencial en su puesto de trabajo. Cuando se genera compromiso, se incrementa la productividad y se obtienen mejores resultados.
Características de la dirección por valores
Entre los diferentes atributos de la gestión por valores podemos destacar los siguientes:
- Otorga valor a la opinión del empleado y le hace partícipe.
- La motivación de los trabajadores es un aspecto clave.
- La empresa está dotada una mayor flexibilidad en relación a los cambios de objetivos o variaciones en los procesos de trabajo.
- La compañía tiene establecidos unos determinados valores y son conocidos por toda la plantilla.
- Es un estilo de dirección enfocado en el medio-largo plazo.
- Alineación entre los objetivos empresariales y los valores éticos y emocionales.
Beneficios de la dirección por valores
Llevar a cabo este estilo de dirección permite obtener las siguientes consecuencias positivas:
- Incremento de la productividad a causa de una mayor motivación de los trabajadores.
- Mayor implicación de los empleados.
- Espíritu de equipo.
- Mejora de la imagen corporativa, tanto de forma interna como externa.
- Incentiva la comunicación interna, favoreciendo al clima laboral y reduciendo el número de errores cometidos.
- Los miembros de la plantilla lograrán sentirse realizados.
En resumen, la dirección por valores pretende que los trabajadores no tengan unas normas que cumplir sino que los valores que poseen les hagan desempeñar sus funciones de forma correcta. Por consiguiente, se persigue un incremento de la motivación y la productividad de los empleados.