Control de cambio

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El control de cambio es una medida de política cambiaria. Sirve para defender, y proteger, el valor de la moneda de un país, así como las reservas que los países pueden tener de la misma. Una pérdida de valor, o devaluación, puede reducir el poder adquisitivo de esa moneda y, por tanto, el valor de sus bienes y servicios.

Cuando se produce una devaluación, el crecimiento económico de un país podría estancarse. No obstante, sus bienes y servicios son más baratos frente al extranjero, por lo que se incentiva su demanda y, de alguna forma, su competitividad.

¿Cómo se aplica el control de cambio?

Cuando se aplica el control de cambio, se imponen restricciones, tanto cuantitativas como cualitativas, para la entrada y salidas de capitales. La finalidad de estos controles es proteger la moneda nacional.

De esta forma, dicho control se considera intervencionismo en el mercado de divisas. Esto se debe a que las fuerzas de mercado de oferta y demanda quedan apartadas. Su efectividad depende de las causas que lo han hecho necesario, de sus objetivos, su aplicación y de la forma en que operen en la práctica.

¿Por qué se aplica el control de cambio?

Entre los motivos que pueden ocasionar un control de cambio podemos destacar los siguientes:

  • Caídas de las reservas internacionales.
  • Devaluación de la moneda nacional y salida de capitales por movimientos de especulación.
  • Crisis bancaria o financiera.

Ejemplo de control de cambio

Ejemplos de control e intervencionismo en los tipos de cambio los encontramos en Argentina, con el cepo al dólar. También en Suiza, con la imposición (que posteriormente fue eliminada) de la barrera cambiaria con respecto al euro situada en 1,20. Por último, podemos ver otro ejemplo en en Ecuador, a través de impuestos a la salida de capitales en un 5%.