Contabilizar una subvención
Contabilizar una subvención consiste en realizar ciertos apuntes, basados en las normas de valoración internacionales (las NIIFS), de manera que se refleje la imagen fiel de la empresa en su estructura económica, financiera y patrimonial.
La contabilización de una subvención, similar a la de una donación, consiste en apuntar cada fase de la misma, desde la concesión, hasta el pago. De esta forma, la empresa en sus cuentas anuales reflejará todos aquellos aspectos a los que esta afecte, sobre todo a los resultados y el patrimonio neto. El primero, porque a su vez tiene que ver con el pago de impuestos, el segundo, porque es la información principal para los inversores.
Contabilizar una subvención. Capital o explotación
Normalmente las empresas pueden recibir una subvención para financiar la compra de un inmovilizado, por ejemplo una maquinaría, o bien para financiar momentos puntuales de liquidez o alguna fase de su ciclo de explotación. Ambas se contabilizan de forma algo diferente. Es cierto que se dan una serie de peculiaridades dependiendo del país, pero todas ellas se pueden agrupar en estas dos. En el último apartado veremos algunos ejemplos.
- Las subvenciones al capital son a largo plazo, coincidiendo este con la vida útil del activo fijo que financia. Así, cuando recibimos una subvención de capital, debemos calcular el período de amortización del bien que hemos adquirido. Sobre esta base calculamos la parte de la subvención que cada año debe ir como ingreso a la cuenta de resultados (y pagar impuestos). El resto permanece contabilizado en el patrimonio neto de la empresa, ya que la subvención lo incrementa.
- En el segundo caso, la subvención o bien financia un problema de liquidez puntual, o bien alguna parte del ciclo productivo, por ejemplo la venta. También se incluyen las subvenciones para ayudas al empleo o el emprendimiento, ya que su objetivo es la explotación y no las inversiones. Estas van siempre a la cuenta de resultados en el ejercicio en que se conceden.
Es importante saber que la subvención, por el llamado principio del devengo, se contabiliza cuando se concede, con independencia del pago posterior. Esto es así porque en el momento en que recibimos la notificación, ese ingreso está garantizado. Es decir, funciona de la misma manera que una venta o una compra, que después son pagadas o cobradas y deben contabilizarse ambos momentos, el del ingreso o gasto y el del cobro o pago.
Un ejemplo de subvención de capital
Previamente a mostrar algunos ejemplos de subvenciones por países, mostraremos, de forma sencilla, como se realizan los cálculos en el caso de las subvenciones de capital. Las subvenciones de explotación no tienen ninguna complicación adicional y se contabilizan como cualquier ingreso y cobro de la empresa. Veamos la forma de calcular las imputaciones a resultados anuales.
Como vemos en la imagen, el proceso es sencillo y se puede llevar a cabo con una hoja de cálculo. En el ejemplo vemos la adquisición de una maquinaria de importe 100.000 € y que es subvencionada en un 10%, es decir, con 10.000 €. El cálculo de cada año se hace dividiendo estas cantidades entre los años de vida útil. De esta forma, la amortización serán 20.000 € al año y la subvención a imputar a resultados sería de 2.000 €. Cuidado porque este ingreso deberá pagar impuestos anualmente en el impuesto de empresas o la declaración de la renta.
Algunas subvenciones por países
- En España, el gobierno concede multitud de subvenciones a empresas cada año. Entre ellas, hay una al emprendimiento que es a fondo perdido, aunque debe cumplir algunas condiciones. Hay que estar un mínimo de dos años cotizando como autónomo y debe invertirse al menos 2.000 en activos fijos. Es realmente una subvención de explotación, ya que es una ayuda para emprender. Se debe declarar a Hacienda en el año que se concede.
- En Argentina también existe gran variedad de ayudas. Una de ellas es al consumo, sobre todo de productos de primera necesidad. En este caso se está financiando una fase del proceso productivo, normalmente la venta, de manera que el precio para el cliente final sea menor. Seria una subvención de explotación y se debe contabilizar en el año en que se produce y pagar los impuestos correspondientes.
- En Puerto Rico, una de las ayudas más conocidas es a la innovación, normalmente con la adquisición de tecnología. Si, por ejemplo, se compra un software informático, que estaría en la categoría de activos fijos intangibles o ficticios, estaríamos hablando de una subvención de capital. Esta se contabilizaría como hemos visto en el anterior apartado, dependiendo de la vida útil o de los años de amortización del activo.