Consumo final

4 min

El gasto en consumo final, o lo que conocemos como consumo final, es el gasto realizado por las unidades institucionales residentes en bienes y servicios utilizados para satisfacer las necesidades o las carencias, individuales o colectivas, que poseen sus miembros.

Por tanto, hablamos de una magnitud usada en contabilidad nacional para medir un nivel de gasto. En este sentido, el gasto acometido por las distintas unidades institucionales que residen en un determinado país, y que busca satisfacer esas necesidades individuales o colectivas que presentan estas unidades.

Es decir, los bienes y servicios que adquiere un determinado individuo, en adición a los gastos por el servicio que ha recibido el individuo, así como el valor de estos servicios, el cual recibe en especie dicho individuo. En resumen, el total de lo que gasta el individuo, el Estado, así como otras instituciones para satisfacer, de forma directa, las necesidades que presenta dicho individuo.

Por norma general es el Estado, u otra institución, el que ofrece servicios que posteriormente pagamos mediante impuestos. Sin embargo, estos servicios presentan un valor, como decíamos anteriormente. Por ello, este consumo, en muchas ocasiones y para detallar más la contabilidad nacional, se divide en subgrupos que miden dicho consumo final, pero distinguiendo en función de la unidad institucional que acometió dicho gasto. Por esta razón, tenemos partidas desglosadas como la de los hogares, la del Gobierno central, la del Gobierno autonómico, así como otras unidades medibles.

Esta magnitud es uno de los agregados utilizados para medir el producto interior bruto (PIB) con el método del gasto. Asimismo, en España, por ejemplo, así como en una gran parte del mundo, es el agregado más importante y representa cerca del 75% del PIB.

¿Cómo se calcula el consumo final?

El consumo final –en adelante, CF–, en casi todo el planeta, incluye una serie de variables que, agregadas, nos ofrecen dicha magnitud.

Entre estas variables, el consumo final incluye las siguientes:

  • Gasto en consumo final de los hogares.
  • Gasto en consumo final de las Administraciones Públicas.
  • Gasto en consumo final de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH).

CF hogares + CF AAPP + CF ISFLSH = Consumo final país.

Una vez tenemos todo el gasto de las unidades institucionales agregado, esta magnitud hace referencia al consumo final total.

En resumen, es el gasto acometido por las distintas unidades institucionales que residen en un país, y que tiene como fin satisfacer las necesidades y las carencias directas que presentan dichas instituciones. Es decir, no contempla los bienes intermedios, por ejemplo, utilizados para comerciar y obtener un beneficio. Estos se computarán cuando hayan sido adquiridos por una unidad institucional determinada para satisfacer una necesidad o, como decíamos, una carencia.

Consumo final de los hogares

Muy brevemente, y dado que hablamos de la principal partida de consumo final consultada, destacamos el consumo final de los hogares. Esta es una partida utilizada en contabilidad nacional para medir el gasto final acometido por los hogares en un territorio.

El gasto en consumo final de los hogares incluye las compras de bienes y servicios realizadas por dichos hogares para satisfacer sus necesidades habituales. Estas compras pueden realizarse tanto en el territorio económico nacional como en el resto del mundo.

Además de estas compras de bienes y servicios, el gasto en consumo final de los hogares incluye una serie de gastos imputados, que las personas pueden no ser conscientes de haber realizado, entre los que destacan los siguientes:

  • Los servicios de alquiler de las viviendas ocupadas por sus propietarios. El coste de oportunidad que supone la adquisición de una vivienda como bien de inversión y no para el uso familiar.
  • Las rentas en especie. Por ejemplo, los asalariados pueden consumir bienes y servicios de forma gratuita o a un precio muy reducido como parte de su salario (comidas, uso de vehículos o de viviendas, etc.).
  • Los servicios de intermediación financiera. Los depósitos y préstamos que los hogares tienen con las entidades financieras generan un gasto en servicios de intermediación que se estiman indirectamente a partir de los intereses recibidos o pagados a los hogares.

Compra de bienes y servicios + Gastos imputados = Consumo final hogares.

Por tanto, estos bienes y servicios, en adición a esos gastos imputados, conforman lo que en contabilidad nacional denominamos como «Gasto en consumo final de los hogares». Como sabemos, la evolución de este consumo depende, de forma directa, de la evolución de otras variables como los precios, el empleo, los salarios, etc.