Cónsul

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Un cónsul es la persona encargada de ejercer funciones no políticas en el extranjero, ocupando un cargo funcionarial. Desarrolla sus actividades en el consulado.

El cónsul es nombrado por el Estado de procedencia, es un funcionario público. Su objetivo es facilitar y servir a aquellas personas con la nacionalidad de origen que residen o están en el país en el que está instalado el consulado.

Funciones del cónsul

La Convención de Viena sobre las Relaciones Consulares de 1963, que es la que regula dicha materia a nivel internacional, en su artículo 5 señala las funciones consulares:

  • Proteger en el Estado receptor los intereses del Estado que envía y de sus nacionales, sean personas naturales o jurídicas, dentro de los límites permitidos por el derecho internacional.
  • Fomentar el desarrollo de las relaciones comerciales, económicas, culturales y científicas entre el Estado que envía y el Estado receptor, y promover además las relaciones amistosas entre los mismos, de conformidad con las disposiciones de la presente Convención.
  • Informarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de la vida comercial, económica, cultural y científica del Estado receptor, informar al respecto al gobierno del Estado que envía y proporcionar datos a las personas interesadas.
  • Extender pasaportes y documentos de viaje a los nacionales del Estado que envía, y visados o documentos adecuados a las personas que deseen viajar a dicho Estado.
  • Prestar ayuda y asistencia a los nacionales del Estado que envía, sean personas naturales o jurídicas.
  • Actuar en calidad de notario, en la de funcionario de registro civil, y en funciones similares y ejercitar otras de carácter administrativo, siempre que no se opongan las leyes y reglamentos del Estado receptor.
  • Velar, de acuerdo con las leyes y reglamentos del Estado receptor, por los intereses de los nacionales del Estado que envía, sean personas naturales o jurídicas, en los casos de sucesión por causa de muerte que se produzcan en el territorio del Estado receptor.
  • Velar, dentro de los límites que impongan las leyes y reglamentos del Estado receptor, por los intereses de los menores y de otras personas que carezcan de capacidad plena y que sean nacionales del Estado que envía, en particular cuando se requiera instituir para ellos una tutela o una curatela.
  • Representar a los nacionales del Estado que envía o tomar las medidas convenientes para su representación ante los tribunales y otras autoridades del Estado receptor, de conformidad con la práctica y los procedimientos en vigor en este último, a fin de lograr que, de acuerdo con las leyes y reglamentos del mismo, se adopten las medidas provisionales de preservación de los derechos e intereses de esos nacionales, cuando, por estar ausentes o por cualquier otra causa, no puedan defenderlos oportunamente.
  • Comunicar decisiones judiciales y extrajudiciales y diligenciar comisiones rogatorias de conformidad con los acuerdos internacionales en vigor y, a falta de los mismos, de manera que sea compatible con las leyes y reglamentos del Estado receptor.
  • Ejercer, de conformidad con las leyes y reglamentos del Estado que envía, los derechos de control o inspección de los buques que tengan la nacionalidad de dicho Estado, y de las aeronaves matriculadas en el mismo y, también, de sus tripulaciones.
  • Prestar ayuda a los buques y aeronaves a que se refiere el apartado anterior y, también, a sus tripulaciones; recibir declaración sobre el viaje de esos buques, encaminar y refrendar los documentos de a bordo y, sin perjuicio de las facultades de las autoridades del Estado receptor, efectuar encuestas sobre los incidentes ocurridos en la travesía y resolver los litigios de todo orden que se planteen entre el capitán, los oficiales, los marineros, siempre que lo autoricen las leyes y reglamentos del Estado que envía.
  • Ejercer las demás funciones confiadas por el Estado que envía a la oficina consular que no estén prohibidas por las leyes y reglamentos del Estado receptor o a las que éste no se oponga, o las que le sean atribuidas por los acuerdos internacionales en vigor entre el Estado que envía y el receptor.

Cónsul romano

El cónsul fue el puesto de poder más alto durante la república romana, que se extendió desde el año 509 a. C. hasta el 27 a. C. Todos los años se elegían dos cónsules y que tenía que cumplir su mandato durante ese año. Se le atribuían funciones políticas y militares, encargándose de la dirección del Imperio.

Se elegían de dos en dos para así contrarrestar y limitar el poder del otro, para que ninguna de las dos figuras ostentase un poder ilimitado. Si alguno de los dos moría durante su mandato, a veces se elegía un cónsul sustituto y otras veces era el otro cónsul el que acaparaba todo el poder hasta el final de su mandato.

Posteriormente, con la instauración del Imperio romano, periodo inmediatamente posterior a la república, llegaron al poder los emperadores. Se dejó en manos de estos la dirección del imperio, relegando a funciones más discretas a los cónsules.