Ciencia básica

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La ciencia básica es aquella que tiene como objetivo la abstracción de los fenómenos estudiados sin un criterio de aplicación inmediato.

Por tanto, es una ciencia teórica. De esta forma, su principal labor es generar teorías que puedan explicar diversos fenómenos.

Además, al permitir generalizar, es el primer paso de las ciencias aplicadas y los métodos que estas generan.

Asimismo, debemos diferenciarla de la investigación pura, ya que esta es un procedimiento a seguir para llegar a un fin.

Importancia de la ciencia básica

La ciencia básica es el soporte de otras (como la aplicada), y es imprescindible para el avance del conocimiento. De esta forma, sin su capacidad para crear información susceptible de ser generalizada, la humanidad no avanzaría. Por otro lado, su vertiente investigadora, la investigación pura, supone el marco teórico de otras como la investigación experimental.

Por tanto, por sí misma no tiene una utilidad concreta, pero sin ella, las demás tampoco. De ahí que su importancia radique en lo que aporta al resto. Sin una buena teoría que lo sustente, el éxito o fracaso del estudio de muchos fenómenos dependería en gran parte del azar. Por supuesto, la experiencia no es en absoluto desdeñable, pero ambas se necesitan.

Características de la ciencia básica

Veamos algunas de sus características más relevantes. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de ciencia, no de metodología de investigación (en este caso pura).

  • En primer lugar, es eminentemente teórica. Esta es, quizá, su característica fundamental, como ya hemos mencionado. Su labor es generar teorías.
  • Por otro lado, no se centra en las cuestiones éticas o morales. Al no ser una ciencia práctica, no las necesita, y no sería conveniente limitarla en este aspecto. Debe explicar los fenómenos como son, sin entrar en otras cuestiones.
  • Además, la ciencia básica permite al estudiante desarrollar ciertas facultades mentales. La capacidad de análisis y de síntesis, el cuestionamiento científico o la abstracción, entre otras.
  • Por último, es necesaria para desarrollar métodos y procedimientos (investigación pura) que sirvan en la adquisición de un conocimiento teórico susceptible de generalizaciones. Esto es imprescindible para el avance de la ciencia y el progreso.

Algunos ejemplos

En última instancia vamos a ver algunos ejemplos de ciencia pura. La mayoría son conocidos por todos y muchos habrán estudiado alguna de ellas.

No pretendemos ser exhaustivos, sino centrarnos en los ejemplos más habituales.

  • Matemáticas: Quizá sea la ciencia pura por excelencia, de ahí que nos dirijamos a ellas con este nombre. Su labor es estudiar los números, figuras geométricas y cualquier otra estructura abstracta. Es la base de otras aplicadas como la ingeniería o la economía.
  • Ciencias de la vida y la salud: Se engloban desde la biología hasta la medicina. Tienen algunas subáreas que constituyen una especialización, como la microbiología o la bioestadística.
  • Física: Estudia las leyes que rigen el universo y sus fenómenos. De esta forma, se centra en el estudio de por qué sucede algo. Una vertiente práctica es la física aplicada, que permite experimentar con los aspectos teóricos en la realidad y probar su validez.
  • Química: Estudia la materia y sus interacciones a través de los átomos que la conforman. De esta forma, se interesa por las maneras de relacionarse o agruparse. La farmacología se basa en los preceptos de esta.

Como otro ejemplo, dentro de la ciencia básica podemos incluir la geología. Esta analiza la materia inerte que conforma nuestro planeta. Por tanto, se centra en su composición, comportamiento o sus diferentes relaciones.