Capacidad empresarial

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La capacidad empresarial es uno de los factores de producción, añadiéndose a los tres ya conocidos. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hace referencia a las destrezas, así como los conocimientos, que precisan los empresarios, así como toda aquella persona que cree o posea una empresa.

La capacidad empresarial, por tanto, se incluye dentro de los factores de producción conocidos, junto a tierra, trabajo y capital. Dicha capacidad puede definirse como todo el conocimiento, así como las herramientas, que posee un empresario para gestionar y generar riqueza a través de la actividad que ejerce. De esta forma, los empresarios poseen ideas, las llevan a cabo y asumen los riesgos que estos planteamientos conllevan.

La capacidad empresarial, aunque existen discrepancias en función del autor, está considerada como uno de los cuatro factores de producción existentes.

Elementos de la capacidad empresarial

Entre los elementos que definen la capacidad empresarial cabría destacar los siguientes:

  • Observación del medio o el entorno.
  • Reunión de las herramientas físicas y psicológicas necesarias para llevar a cabo una determinada actividad.
  • Identificación de la oportunidad, así como de los beneficios potenciales.
  • Implementación y puesta en marcha de la determinada actividad económica.
  • Obtención de beneficios y ganancias, tanto propias como colectivas.

Por último, podríamos añadir la formación académica y la experiencia como elementos que incluye la capacidad empresarial.

La capacidad empresarial como factor de producción

La capacidad empresarial ha sido considerada por muchos economistas como un factor de producción más. Junto a tierra, capital y trabajo, dicha capacidad ha sido indicada como una variable clave para la conexión de los tres factores expuestos anteriormente.

De esta forma, se entiende este factor como la aportación que realiza el empresario que organiza la producción, obteniendo así un mayor rendimiento.

Aunque la capacidad empresarial ha sido un factor cuestionado por algunos economistas, especialmente de corriente marxista, los libros de historia económica, así como de economía, lo recogen como un factor de producción más. Incluso, muchos académicos lo definen como un factor de producción sin el que parte de las tareas donde entran en juego los otros tres factores de producción principales no podría coordinarse ni llevarse a cabo.