Banco de tiempo

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Un banco de tiempo es una entidad bancaria cuya unidad de intercambio es el tiempo. Sus clientes ofrecen y reciben distintos servicios estableciendo acuerdos entre sí.

Frente a la mayoría de modalidades bancarias, un banco de tiempo se ocupa del intercambio de un bien intangible como lo es el tiempo. De este modo, los clientes de cada entidad de este tipo establecen relaciones de colaboración entre sí creando redes interconectadas.

En la mayoría de casos, el objetivo de un banco de tiempo es realizar tareas de carácter social o solidario.

Banco de tiempo y la hora como valor

Frecuentemente este tipo de entidad bancaria funciona con unidades de intercambio fijadas en periodos de una hora, sesenta minutos.

El tiempo sirve entonces como modelo fijador de intercambio de servicios. Mediante este sistema, cada oferta y demanda es convertible en unidades temporales, creando relaciones de cambio.

Dicho lo cual, los bancos de tiempo se alejan del modelo capitalista y es por ello que tienen origen e identificación con modelos sociales cooperativistas.

Rasgos principales de un banco de tiempo

Esta alternativa cuenta con algunas características que la distinguen de la banca tradicional y la banca de inversión:

  • Unidad de valor: Como se ha indicado, en esta tipología bancaria se basan las acciones en horas de servicio.
  • Asignación o reparto: Los bancos de tiempo establecen sus depósitos de tiempo en base de talonarios o cheques definidos con asignaciones de horas a disposición.
  • Inventario de servicios: Las relaciones de intercambio suponen el listado de los servicios a ofrecer o recibir por cada cliente.
  • Carácter solidario: Es común que la motivación de estas relaciones de intercambio de servicios responda a ayuda e interés social.
  • Herramienta de cohesión: A menudo este tipo de prácticas favorece la cohesión de determinados núcleos de población y la creación de redes de ayuda vecinal.

Relevancia de un banco de tiempo

Este tipo de actividad está extendida en zonas rurales o en fase de desarrollo económico. Especialmente es relevante en las últimas décadas en zonas que hayan podido sufrir desastres naturales o escasez de algún tipo.

En ese sentido, es frecuente observar su funcionamiento en comunidades con riesgo de pobreza, donde los habitantes no cuentan con rentas altas y emplean su tiempo y esfuerzo como modo de abastecimiento y subsistencia.

Por otro lado, muchas instituciones de origen público cuentan con redes de ayuda que se asemejan a las acciones de un banco de tiempo. Esto lo hacen los gobiernos como parte de su política de bienestar social y a modo de integración de ciudadanos menos favorecidos o en situación de riesgo social.