Autocapitalización

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La autocapitalización es una forma de incrementar los recursos de la empresa con fondos propios. Al mismo tiempo, se evita un mayor financiamiento por parte de terceros.

Como consecuencia de esta política, aumentará el capital social de la compañía y se reducirá el nivel de endeudamiento.

Acciones de la autocapitalización

Las dos acciones concretas que forman parte de la autocapitalización son:

Para explicarlo de otra forma, es como si los dueños de la organización se pusieran de acuerdo para reinvertir las ganancias. Así, podrán destinar las utilidades del último ejercicio, por ejemplo, a la adquisición de nuevas maquinarias o a la implementación de un plan de expansión comercial. Al tomar esta decisión, los accionistas están renunciando a mayores ingresos en el corto plazo.

  • Políticas de endeudamiento mínimo: La firma procurará no solicitar mayor financiamiento de terceros, es decir, del banco. Ello tiene como principal ventaja que no aumentarán los gastos financieros (pago de intereses).

Sin embargo, debemos tomar en cuenta que, a mayores intereses generados, menor es el beneficio neto antes de impuestos. Entonces, los tributos pendientes son más bajos.

En conclusión, un mayor nivel de endeudamiento podría significar menores salidas efectivas de dinero (y viceversa) por los tributos.

Cabe mencionar que ambas acciones descritas de la autocapitalización pueden tomarse en conjunto o solo una de ellas.

Ejemplo de autocapitalización

Una empresa obtiene un beneficio neto en el último ejercicio, por ejemplo, de US$ 1.000. A diferencia de los periodos anteriores, los directivos deciden que no se repartirán dividendos.

Así, las ganancias se destinan a la adquisición de maquinarias por US$ 500 y el resto se acumula en el capital social de la firma, es decir, en el patrimonio.