Asignación eficiente en el sentido de Pareto

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La asignación eficiente en el sentido de Pareto es un punto exacto de equilibrio. Así, no es posible realizar un cambio sin que este afecte al sistema económico. También se conoce a este concepto como óptimo de Pareto o punto economía Pareto-superior.

Existen situaciones en las cuales las posibilidades de mejora de utilidad se agotan. De esta forma, llegando a un punto exacto en el que no es posible mejorar sin causar efecto negativo en otros. Básicamente esa es la condición que plantea la existencia de la asignación eficiente en el sentido de Pareto.

En economía, el daño, pérdida o perjuicio que se causa en esos casos a otros individuos se denomina coste de eficiencia. Esto es lo que ocurre cuando se pasa del Punto 1 (P1) al punto 2 (P3), mientras que la persona o empresa 2 (f2) mejora, la empresa 1 empeora. Ambos son óptimos de Pareto, siempre que se intente mejorar a alguien va a empeorar otro.

Todo lo que está por abajo de esos puntos no son óptimos. Esto ocurre porque no se están distribuyendo todos los recursos de manera eficiente. Los puntos por encima, como el p3, son puntos inalcanzables con los recursos disponibles.

Según la teoría desarrollada por Wilfredo Pareto, bastante extendida en todos los campos del estudio económico, una asignación considerada como eficiente se identificaba con situaciones de prosperidad o bienestar social máximo. Un bienestar el que los individuos alcanzan su nivel de utilidad de forma natural, hasta el punto en el que no es posible que este nivel aumente sin perjudicar a los demás.

Diferencia entre eficiencia de consumo y de producción

Conviene diferenciar entre eficiencia en consumo y en producción para encontrar asignaciones eficicientes en ambos ámbitos. Un consumo eficiente para Pareto es aquel que presenta consumidores que son incapaces de mejorar su utilidad al consumir sin reducir la del resto. Mientras que, por otro lado, la producción Pareto-eficiente establece que no se puede producir más cantidad de un bien sin tener que reducir o sacrificar la producción de otro.

En ese sentido, cabe destacar que la existencia de asignaciones eficientes en términos de Pareto es unos de los principios básicos del primer teorema del bienestar.

Ejemplo de asignación eficiente en el sentido de Pareto

Una asignación de este tipo no es normalmente afectada por criterios como la injusticia social o la igualdad en términos de reparto o asignación de los recursos.

Si ponemos el ejemplo de un mercado en el que se reparten 20 camiones entre 2 empresas, podremos encontrar hasta 20 asignaciones diferentes que pueden considerarse como óptimas según esta teoría.

Aunque lo más justo sería repartir los vehículos por igual (10 y 10); en cualquier tipo de reparto que se haga se cumplirá la condición de Pareto. Pues, de acuerdo con la teoría, siempre que una empresa mejore su dotación, la otra se verá afectada negativamente. Para que uno gane siempre tiene que existir otro que pierda, básicamente.

Pese a ello, sí es eficiente pues de cualquier modo son repartidos los 20, aunque no sea justo socialmente. No sería eficiente por ejemplo repartir 19 en total (otorgando 10 y 9 por ejemplo). Y no es posible repartir un total de 21 porque no existen recursos suficientes.

Pese a lo dicho anteriormente, son muchos los ejemplos en el día económico en los que encontrar una asignación eficiente en el sentido de Pareto se hace indispensable a la hora de encontrar soluciones. Muchos de ellos relacionados con la toma de decisiones de reparto de bienes, servicios o factores de producción, como la distribución de la riqueza en el mundo.