Apoderado

Es decir, el apoderado representa a otra persona y tiene la capacidad de decidir por cuenta de ella. Dicha relación se basa en un documento escrito.

Para ser más precisos, a través de un poder notarial, el poderdante o representado (la persona que cede la responsabilidad y la toma de decisiones) pone en las manos del apoderado la capacidad de elegir en situaciones diversas. Dicho acuerdo debe ser inscrito en el Registro Mercantil.

Las facultades del apoderado dependen de caso y de la cantidad de responsabilidad que cada individuo poderdante decide otorgar. De ese modo, en el poder notarial, se deben especificar las atribuciones cedidas y para qué tipo de operaciones o acciones en particular aplican.

Existen dos modalidades de poder dependiendo del grado de independencia que se adquiera:

• Apoderamiento solidario: Cuando el apoderado solamente precisa de su propia firma para realizar una operación en concreto.
• Apoderamiento mancomunado o en contraposición: En este caso no bastaría solamente con la iniciativa del apoderado, sino que sería necesaria la firma de alguien más para cualquier acción. Es muy habitual en la práctica financiera.

El papel de los apoderados destaca especialmente en las entidades financieras. Estas comúnmente trabajan a través de representantes en su actividad comercial.

Por ejemplo, cuando un individuo abre una cuenta de ahorro, existe un representante o apoderado del banco para dar validez a la gestión.

Otra característica a destacar de este tipo de acuerdo es que habitualmente las acciones del apoderado también son de responsabilidad de su representado o poderdante.

Sin embargo, para lo anterior hay una excepción. El poderdante no es responsable por las decisiones del apoderado si este incumple las condiciones del poder notarial y actúa excediendo las funciones que se le ha asignado u obra de mala fe.