Definición de turismo rural
El turismo hace referencia a lo que hace la gente cuando viaja y se queda a dormir en sitios que son diferentes a los propios (es decir, cuando las personas se alejan temporariamente de sus viviendas). Dichas actividades suelen tener como fin la diversión o el descanso, y se desarrollan por un periodo de tiempo consecutivo que resulta menor a un año.
Rural, por otra parte, es un adjetivo vinculado a lo propio o referente al campo. El ámbito rural resulta opuesto al ámbito urbano e incluye a la tierra laborable, los cultivos y los sembrados.
Se conoce como turismo rural, por lo tanto, a la actividad típica del turismo que tiene lugar en un entorno rural, ya sea en poblados pequeños (con menos de 2.000 habitantes) o en las zonas próximas a las ciudades pero alejadas de su centro urbano.
Un tipo de turismo este que estamos abordando que ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años debido a varias causas. Una de las mismas es, sin lugar a dudas, la necesidad que tiene todo ciudadano de una gran urbe de alejarse de su ritmo frenético y estresante de vida cuando puede disfrutar de unas vacaciones. Y es que necesita paz, relajación y un descanso absoluto de lo que es el tráfico, el ruido y la contaminación.
Otra de las causas más relevantes que han hecho crecer al turismo rural ha sido la crisis económica que está afectando a todo el mundo. Y es que aquel no tiene unos precios tan elevados como los que puede tener otro tipo de turismo. En concreto permite disfrutar en familia de unos días de descanso invirtiendo muy poco dinero.
Las estancias, las haciendas y los caseríos son remodelados y reestructurados para que estén en condiciones de recibir a los turistas. La comodidad de los huéspedes, por lo tanto, está garantizada.
El turismo rural suele ser dirigido y atendido por los mismos propietarios de los campos o las estancias. Estos propietarios, por lo general, muestran al visitante las actividades agrícolas que son típicas de la vida rural.
Es habitual que el turismo rural propicie un acercamiento entre los habitantes de las ciudades y las comunidades campesinas. Mientras los turistas disfrutan del ambiente natural y aprenden sobre las labores del campo, las comunidades receptoras se benefician al recibir los ingresos generados por la actividad turística.
El agroturismo, el turismo de estancias, el ecoturismo y el etnoturismo son algunas de las modalidades que, de acuerdo a sus características, pueden incluirse dentro del turismo rural.
La primera de las citadas modalidades, el agroturismo, es importante resaltar que ha ido creciendo y experimentando una gran aceptación entre los viajeros. Y es que no sólo les permite disfrutar de parajes naturales de gran belleza sino también participar activamente en las zonas donde se hospedan pues se les ofrece la oportunidad de colaborar con los habitantes del lugar en lo que son las diversas actividades agrícolas y ganaderas que llevan a cabo.
De esta manera, aprenden a cultivar, a cuidar a los animales, a elaborar productos artesanales y a cocinar recetas tradicionales. Sin olvidar tampoco que pueden disfrutar realizando actividades al aire libre tales como montar a aquello o practicar deportes de aventura.