Definición de tripofobia

Tripofobia no es un término registrado por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario. La noción alude a la fobia hacia la sucesión de figuras geométricas que se encuentran muy próximas entre sí.

Cabe recordar que la fobia es un temor excesivo, obsesivo y carente de racionalidad que una persona experimenta ante algo o alguien. En el caso de la tripofobia, no suele ser reconocida oficialmente como una patología, aunque muchos individuos dicen ser fóbicos a los objetos que presentan muchos agujeros o círculos juntos, como ciertos hongos y flores o los panales de las abejas.

Algunos expertos creen que la tripofobia está relacionada al temor tradicional hacia microorganismos o parásitos. La persona que padece tripofobia, al ver un elemento lleno de pequeños agujeros, puede sentir prurito, picor y náuseas. Su imagen también puede provocar un incremento del nivel de ansiedad.

Una teoría sostiene que este miedo está vinculado a la evolución del ser humano. En la antigüedad, el hombre tuvo que aprender a evitar a diversos animales venenosos que, en su piel, tenían patrones geométricos. De aquella conducta primitiva, por lo tanto, podría proceder la tripofobia, ante la semejanza existente en la apariencia de los animales venenosos y la de los objetos donde se repiten figuras geométricas. La tripofobia, de este modo, estaría presente en los genes y no sería adquirida.

Pese a las dudas de la comunidad científica sobre la existencia de la tripofobia, ciertos estudios afirman que más del 15% de la población experimenta esta fobia. Por lo tanto se trata de un trastorno bastante frecuente.

Mientras la ciencia busca evidencias para decidir creer en la legitimidad de la tripofobia o condenarla al arcón de la pseudociencia, las miles de personas que aseguran sentir este trastorno necesitan ayuda, y por eso existen diversos tratamientos, algunos que se basan en la terapia y otros que se apoyan en la administración de medicamentos.

Terapia de exposición

A través de este tratamiento, el terapeuta expone al paciente de forma gradual al estímulo que causa sus síntomas, con el objetivo de ayudarlo a controlar la ansiedad. Son diversas las herramientas de las que hace uso el profesional a lo largo de las sesiones, aunque lo más importante es conseguir la confianza de su paciente, ya que la terapia de exposición sólo funciona si éste derriba todas sus barreras y se entrega por completo.

No es fácil para una persona fóbica enfrentarse a sus miedos, aunque más no sea en pequeñas dosis. Sin embargo, si la terapia funciona, entonces a cada paso la fuerza del paciente crece y, de manera inversa y proporcional, el objeto de la fobia se debilita. El resultado esperado es el control total de la ansiedad al ver cualquier patrón de figuras geométricas.

Terapia cognitivo conductual

En este caso, el objetivo es cambiar los pensamientos y los comportamientos que aparecen ante la manifestación de la tripofobia. A diferencia de otras terapias, la cognitivo conductual se enfoca en el presente, en la forma en la que actúa el paciente al momento del tratamiento, en lugar de intentar llegar a la raíz del problema.

A través de la terapia, el paciente adquiere una serie de habilidades que le permiten enfrentar sus dificultades, más precisamente su imposibilidad de tolerar una imagen con una gran densidad de figuras geométricas.

Medicamentos

En primer lugar, es importante señalar que solamente un psiquiatra puede recetar un medicamento contra la tripofobia. Entre los más comunes se encuentran los tranquilizantes (sirven para el control de la ansiedad provocada por ésta y otras fobias), los beta bloqueadores (para neutralizar los efectos de la adrenalina) y los antidepresivos (en los casos más graves de tripofobia, para evitar que atente contra la actividad normal del paciente).

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