Definición de tensión arterial
La tensión es el estado en el que se halla un cuerpo que está bajo la influencia de fuerzas encontradas. Arterial, por su parte, es aquello relacionado con las arterias: los vasos que permiten la circulación sanguínea desde el corazón hacia el resto del organismo.
Con esto en claro, podemos comprender a qué se refiere el concepto de tensión arterial. Se trata de la presión ejercida por las arterias sobre el torrente sanguíneo que circula a través de ellas.
Aunque suelen utilizarse como sinónimos, es importante diferenciar entre la tensión arterial y la presión arterial. Mientras que la tensión arterial alude a la presión de los vasos sobre la sangre, la presión arterial se centra en la acción de la sangre sobre las paredes de una arteria.
Puede decirse, de este modo, que la tensión arterial es la respuesta de las arterias ante la presión arterial. Al circular, la sangre presiona las paredes de las arterias (presión arterial). Dicha presión genera una reacción de las arterias (tensión arterial), que es posible a partir de la elasticidad que tienen sus paredes. A medida que el corazón bombea la sangre y pasa por las arterias, éstas se ensanchan y se contraen.
Se puede expresar el vínculo entre tensión arterial y presión arterial a través de la siguiente fórmula: la presión arterial es igual a la tensión arterial dividida por el radio de la arteria.
La medición de la presión arterial es un importante indicador de la salud de una persona. Lo normal es que un adulto registre una presión de 120/80 (también expresado como 12/8).
Para medirla, se pueden utilizar distintos dispositivos como el esfigmonamómetro, ya sea de mercurio o de aire, o un sistema electrónico, que se utiliza de manera sencilla, que obtiene resultados rápidos y que permite llevar a cabo un autocontrol de esos parámetros.
La hipertensión aparece cuando se registra presión arterial alta, mientras que la hipotensión refiere a la presión arterial baja.
Hay que saber, por ejemplo, que la hipertensión es realmente peligrosa porque puede traer consigo que quienes la sufren tengan que hacerle frente a un derrame cerebral, a un infarto de miocardio e incluso a una insuficiencia cardíaca.
Para poder evitar problemas de salud como los citados, los doctores recomiendan a sus pacientes que, entre otras muchas cosas, procedan a incluir en su alimentación una serie de productos que mantendrán sus niveles dentro de los parámetros normales. Nos estamos refiriendo a algunos como estos:
-El limón, que ayuda a controlar la hipertensión.
-El plátano, que es rico en potasio.
-La miel, que reduce la presión arterial porque ejerce un poder calmante sobre lo que son los vasos sanguíneos.
-La cebolla, en forma de jugo y que ayuda a bajar los mencionados niveles.
-El ajo, ya sea crudo o cocido.
-El apio, que contribuye a evitar la hipertensión.
No obstante, además de una dieta sana, completa y equilibrada, donde el consumo de sal y alcohol estén controlados, se establece que es muy importante que la persona no lleve a cabo una vida sedentaria. Es decir, es fundamental que practique ejercicio de manera regular y que, como mínimo, salga a pasear a diario durante una media hora.