Definición de temblor
Para entrar de lleno en lo que es la definición del término temblor, tenemos que subrayar que se trata de una palabra que deriva del latín. En concreto, procede del verbo “tremulare”, que puede traducirse como “estar tembloroso”.
Temblor es el acto y la consecuencia de temblar. Este verbo, por su parte, refiere a sacudirse o agitarse. Por ejemplo: “La noticia le provocó un temblor intenso en todo el cuerpo: estaba aterrada por lo que acababa de oír”, “El temblor causó daños menores en la ciudad”, “Comencé a preocuparme cuando noté un temblor persistente en mi mano izquierda”.
La noción de temblor suele asociarse a la idea de terremoto. Este fenómeno, que también se conoce como sismo o seísmo, supone un movimiento brusco de la corteza de la Tierra a partir de una liberación de energía que se propaga como ondas sísmicas.
De esta manera, un terremoto implica un temblor de alguna región del planeta. Si los temblores son intensos, pueden provocar la destrucción de construcciones e infraestructura. En cambio, los temblores menores incluso pueden no percibirse.
Un temblor del cuerpo, para la medicina, puede ser una manifestación o un signo de algún tipo de enfermedad o trastorno. En este caso, los temblores son movimientos involuntarios y rítmicos de algún sector corporal.
Dentro del ámbito médico tenemos que decir que se habla de temblor en distintas intensidades y gravedad. Así, por ejemplo, se hace referencia al temblor esencial, que es el movimiento que una persona realiza de manera involuntaria y que no tiene una causa que lo pueda justificar.
Por regla general, afecta a una mano, a una pierna, a la cabeza e incluso a los párpados y tiene la singularidad de que suele producirse más de cinco veces por segundo. A todo eso habría que añadir que se considera que ese temblor se puede ver aumentado por determinadas situaciones tales como haber tomado bebidas con cafeína, estar estresado o encontrarse en movimiento.
Por otro lado, está el llamado temblor familiar que es idéntico al esencial pero hay una clara diferencia: el familiar afecta no sólo a una parte del cuerpo sino a varios miembros del mismo. Además hay que tener claro que se suele heredar, es decir, es frecuente que pase de padres a hijos.
Siempre que sean dentro de un límite, es decir, que no causen problemas en el día a día, que no disminuyan la calidad de vida de la persona o que no le den vergüenza estos temblores no necesitan tratamiento. Sin embargo, si generan conflictos en alguno de estos sentidos requerirán ponerse en manos de doctores que, entre otras cosas, recetarán medicamentos adecuados.
Una enfermedad que se caracteriza por los temblores es el mal de Parkinson. Este trastorno neurodegenerativo se produce a partir de daños en ciertas neuronas. A causa de los temblores, la persona pierde su capacidad motora y hasta la posibilidad de expresarse.
Cabe destacar que los temblores también pueden provocarse por motivos menores, como fatiga, escalofrío o ansiedad. En estos casos, son movimientos temporales que cesan en poco tiempo y que no se consideran como signos de un cuadro más grave.