Definición de tedeum

El término tedeum surgió de la expresión latina Te Deum, que se traduce como “a ti, Dios”. Así comienza un himno católico conocido, justamente, como “Te Deum”.

Un himno litúrgico

Se llama tedeum, por lo tanto, al himno litúrgico que los católicos entonan en el marco de la acción de gracias. En la actualidad sigue siendo parte de las misas, generalmente integrando la Liturgia de las Horas.

La Iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en Bydgoszcz


El tedeum también se corea en la ordenación de los presbíteros y en las ceremonias que se llevan a cabo para canonizar a alguien. Cuando se elige un papa, en tanto, el tedeum es entonado por los cardenales y luego por los creyentes en las diferentes catedrales a modo de agradecimiento por la elección de un nuevo Sumo Pontífice.

Letra del tedeum

Si bien existe más de una versión del Te Deum, una de ellas es la que se usa con mayor frecuencia, y es precisamente la que analizaremos a continuación. El texto original fue escrito en latín, pero en este caso echaremos un vistazo directamente a su traducción oficial al español. En la primera estrofa expresa un sentimiento de alabanza a Dios, a quien lo reconoce como el «eterno Padre» y le asegura que toda la creación lo venera.

Continúa afirmando que no existe nadie que no lo honre, que los querubines y los serafines le entonan continuamente un canto de alabanza, exaltando la «majestad» de su gloria, la cual se puede apreciar tanto en el cielo como en la tierra. Todos alaban a Dios, desde los apóstoles hasta los mártires, pasando por los profetas. Subraya que Jesús es el «hijo único y verdadero», que nos defiende y merece nuestra adoración, razón por la cual toda la Iglesia lo aclama.

El tedeum continúa alabando a Cristo, aceptándolo una vez más como el «Hijo único», como el «Rey de la gloria» y agradeciéndole por haber aceptado su forma humana sin desprecio alguno por esta condición. Luego pasa a hablar de la Resurrección y la Ascensión, tras lo cual llegó al Reino de los Cielos y se sentó a la derecha de Dios. Anticipa el día en el que volverá a la tierra para juzgarnos, y le ruega que nos ayude, hablando en primera persona como los siervos a los que redimió con su sangre.

Sobre el final del tedeum, los fieles le piden al Señor que los salve, los guíe y los bendiga, asegurándole que ellos lo bendicen y alaban su nombre todos los días, y que lo harán hasta la eternidad. También le ruegan que los proteja del pecado y que tenga piedad de ellos, algo que encontramos en otras oraciones de la liturgia cristiana. Para cerrar, le piden que su misericordia venga sobre ellos, tal y como lo esperan, y le aseguran que nunca jamás podrán sentirse defraudados por él.

Orígenes difusos

De acuerdo a la tradición, el tedeum fue compuesto por San Agustín de Hipona y San Ambrosio de Milán en 387. Al bautizar a San Agustín, San Ambrosio comenzó a improvisar el himno por inspiración del Espíritu Santo, mientras que San Agustín respondía. Sin embargo, algunas investigaciones sostienen que el tedeum en realidad fue creado por Aniceto de Remesiana en el siglo IV.

El tedeum o «Te Deum» es un himno litúrgico muy importante

La celebración

La noción de tedeum además se emplea para aludir a la celebración católica que se realiza a fin de año o en sintonía con alguna festividad nacional. El tedeum suele ser celebrado por el papa durante el 31 de diciembre, por ejemplo.

En América Latina, el tedeum se desarrolla para dar gracias durante fiestas nacionales. Eso ocurre en Argentina, República Dominicana, Chile, Panamá, Guatemala y Paraguay, entre otros países.

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