Definición de tanino
Descubrir el origen etimológico del término tanino nos lleva a dictaminar que se trata de una palabra que procede del francés “tanin”, que comenzó a popularizarse en el siglo XVIII y que, a su vez, deriva de “tan”, que hace referencia a la corteza de la encina.
Se trata de una sustancia orgánica que se encuentra presente en la corteza de algunos árboles y en el interior de diversos frutos.
Los taninos son metabolitos secundarios de algunos vegetales, que resultan solubles en el agua y son astringentes. Pueden tener una tonalidad entre amarilla y marrón y disponen de un sabor amargo.
Debido a que desarrollan una reacción al entrar en contacto con el colágeno que se encuentra en la piel, el tanino se emplea para el curtido de los cueros. La sustancia promueve la unión de las proteínas de colágeno, una característica que incrementa la durabilidad del cuero y lo vuelve más resistente.
De acuerdo a las propiedades químicas y al anabolismo, los taninos pueden clasificarse como taninos hidrolizables (compuestos por ácidos fenólicos) y los taninos condensados (que se forman mediante la antocianina).
Además de lo que hemos expuesto hasta el momento, hay que destacar el hecho de que los taninos son unos elementos que se pueden encontrar en ciertos productos alimenticios como son el café, el vino tinto, la granada, la manzana, el membrillo o las espinacas, entre otros.
En concreto, se recomienda tomar esos artículos y conseguir que los citados taninos pasen a aportarse al organismo porque los mismos traen consigo una larga de beneficios, entre los que destacan los siguientes:
-Reducen de manera considerable los riesgos de sufrir enfermedades de tipo degenerativo.
-Protegen a las células.
-Se convierten en elementos útiles para hacerle frente a cuadros de diarreas, problemas estomacales varios, gastroenteritis…
-Algunos taninos específicos, como el vino tinto, contribuyen a conseguir que la persona que lo toma pueda reducir sus riesgos de tener una enfermedad cardíaca.
Entre los taninos más conocidos están los del mencionado vino tinto, que pueden ser de varias clases, aunque hay dos fundamentalmente:
-El tanino robusto o abundante, que es el que le otorga al caldo una sensación de aspereza fácilmente reconocible.
-El tanino menor, que es el que se caracteriza porque no se distingue al tomar el vino.
Para poder detectar el tanino es imprescindible darle un pequeño sorbo a la copa y luego mantener el caldo unos segundos en la boca.
La presencia de taninos en las plantas obedece a diversas cuestiones. Las plantas cuentan con taninos como mecanismo de defensa, ya que estas sustancias pueden generar rechazo en los animales herbívoros. De esta manera, animales como los monos y las vacas evitan aquellas plantas con una elevada cantidad de taninos.
Es importante mencionar que los taninos tienen cierto grado de toxicidad. Así permiten que bacterias, hongos y diversos microorganismos no proliferen en las plantas.
Para la extracción de los taninos, se procede a la molienda de ciertas partes de las plantas y se obtienen virutas. Luego, mediante un mecanismo industrial o artesanal, se separan los taninos.