Definición de talud
El vocablo francés talus llegó al castellano como talud. El término refiere a la pendiente que registra el paramento de una pared o de una superficie. La idea de paramento, por su parte, se vincula a las caras de un muro.
Para la ingeniería y la arquitectura, el talud es la diferencia que existe entre el grosor del sector inferior del muro y el grosor del sector superior, creando una pendiente. Esto permite que el muro pueda resistir la presión que ejerce la tierra detrás de él.
Analizar la estabilidad del talud es indispensable para el desarrollo de un proyecto arquitectónico o de ingeniería civil. Un desnivel y la naturaleza de los materiales pueden amenazar dicha estabilidad.
Para proteger un talud, pueden emplearse diversas técnicas de acuerdo al tipo de obra. El recubrimiento con piedra o concreto y la plantación de ciertas especies vegetales son algunas de las posibles medidas.
Cabe destacar que, para la geología, un talud es un cúmulo de trozos de roca que se forma en la cuenca de un valle o en la base de un acantilado. Por lo general muestran un aspecto cóncavo, orientado hacia arriba.
El talud continental, por último, es la estructura natural submarina que se extiende desde la llamada plataforma continental hasta una profundidad de unos 2000 metros o más. Se trata de una zona en declive donde se acumulan sedimentos que provienen de los continentes.
La pendiente del talud continental suele situarse entre los 5° y los 7°. Se ha registrado, de todas formas, taludes continentales con más de 50° de inclinación.
A grandes rasgos, por lo tanto, podemos decir que para la ingeniería el concepto de talud se define como una superficie que se aprecia inclinada con respecto a una que se considera horizontal, de manera que adopte dicha posición temporal o permanentemente. En casi todos los casos, el talud se compone del mismo material que el que se encuentra en el suelo, y esto incluye concreto armado y roca, entre otros.
Es importante mencionar que antes de dar comienzo a la construcción de un proyecto arquitectónico o una obra civil es fundamental estudiar el talud a fondo. A simple vista, con respecto a su estructura podemos señalar que se aprecian dos partes esenciales: su pie y su cresta, que son la parte más baja y la más alta, respectivamente.
Los tipos de talud que se reconocen en el campo de la ingeniería son dos, aunque dentro de cada uno de ellos se pueden estudiar muchas particularidades y variaciones. Por un lado se encuentra el talud natural, que se forma sin que intervenga el ser humano, sino a lo largo de la evolución misma de la geología; éste recibe el nombre de ladera. El talud artificial, por otra parte, es el que sí fabrica el ser humano, y lo hace para la construcción de represas ferrocarriles, carreteras y otras obras.
Cuando se rompe un talud y provoca que el suelo se desplace se habla de movimiento de deslizamiento. Existen varias posibles causas para que tenga lugar este fenómenos. Por ejemplo, en los suelos que forman un talud con ayuda del agua, es común la inestabilidad. Esto los lleva a moverse hacia abajo, tanto por una carga externa o por acción de la gravedad, y si la fuerza de resistencia decrece hasta estar por debajo de la que se opone, tiene lugar una falla.
Entre los tipos de falla que ocurren con mayor frecuencia en un talud, podemos mencionar los siguientes: local; por el pie; deslizamiento sobre fallas anteriores; por movimiento; cimentación o falla del pie; colapso por rotación; por traslación; flujo (en las formas no cementadas); por erosión; deslizamiento en la superficie; licuefacción.