Definición de sucinto

El origen etimológico del término sucinto nos lleva al vocablo latino succinctus. El concepto es un adjetivo que se emplea para calificar a aquello que resulta efímero, lacónico, resumido o de poca extensión.

Por ejemplo: “A través de un sucinto mensaje, el gobernador presentó su renuncia indeclinable argumentando motivos personales que le impiden seguir en su cargo”, “Para tomar una decisión tan trascendente, no alcanza con un análisis sucinto de la situación”, “El joven decidió salir a recorrer el continente sin ataduras ni obligaciones, llevando consigo un sucinto equipaje”.

Aquello que se conoce como sucinto suele haber sido comparado con otro elemento similar o de su mismo tipo para que se lo haya podido calificar de esta forma: dicha comparación es lo que permite afirmar que se trata de algo sucinto. Si una persona lee un discurso que tiene miles de palabras y cuya pronunciación le lleva una hora, mientras que otro sujeto termina de presentar su discurso en apenas cinco minutos, resulta lógico calificar el segundo discurso como sucinto debido a su extensión. De todas formas, si comparamos el discurso de cinco minutos con otro discurso de un minuto, el discurso sucinto será el último.

Un análisis sucinto de una situación, por otra parte, es aquel que se realiza de manera veloz y con escasa profundidad. Por dichas características, esta clase de análisis nunca puede ser exhaustiva.

Un texto, por otro lado, será definido como sucinto cuando se caracterice por su escasa extensión. De manera similar a lo dicho respecto al análisis, el texto sucinto suele distinguirse por su falta de profundidad o de exhaustividad.

Entre los sinónimos del término sucinto, los que se usan con mayor frecuencia son los siguientes: breve, resumido, reducido y conciso. Estos cuatro se complementan con otros, menos comunes, como ser ceñido, apretado y parco. Como puede apreciarse, las ideas que se encuentran detrás de este vocablo son muy similares, ya que todas apuntan a una falta de contenido, aunque sea por voluntad de quien presenta la información y no por error o descuido.

Si bien se trata de una palabra que no aparece tanto en el habla cotidiana como en la literatura o el periodismo, lo mismo no ocurre con sus primeros cuatro sinónimos. Los discursos, análisis e informes sucintos son más frecuentes que los profundos y meticulosos: solamente las personas con un cierto nivel de especialización y experiencia en un campo dado pueden elaborar un estudio detallado de una situación, mientras que el resto se limitará a comentar los aspectos que haya notado, probablemente dejando huecos en la descripción.

La preparación y el trabajo de campo pueden dar a un profesional la suficiente intuición como para saber dónde, cómo y cuándo mirar para evidenciar detalles que resulten imperceptibles para una persona sin sus conocimientos, y entonces será gracias a este mayor nivel de consciencia con respecto a los elementos de su entorno que podrá describir una situación determinada con una profundidad opuesta a la que contemple el término sucinto.

Veamos una situación de ejemplo que nos permita acercarnos más al sentido de la palabra sucinto. Supongamos que un agente penitenciario describe en medio de una conversación informal la organización del centro para el que trabaja. Es muy probable que no detalle la actividad de cada uno de sus compañeros, ni el número exacto de reclusos, las características de la atención médica o el plan de cursos de formación y reinserción social.

Por otro lado, un individuo a cargo del monitoreo y la inspección de un establecimiento penitenciario sí deberá detallar los puntos antes mencionados y más, utilizando parámetros y términos técnicos, de manera que su informe pueda ser evaluado y archivado para futuras referencias.

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