Definición de souvenir

El vocablo francés souvenir forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Se trata de aquello que se adquiere en un sitio a modo de recuerdo, como un testimonio de que dicho lugar fue visitado. Por ejemplo: “Cuando fui a París, compré un souvenir hermoso de la Torre Eiffel”, “¿No sabes dónde hay una tienda de souvenirs?”, “Esta tarde voy a ir a comprar algunos souvenirs para llevar como regalo a los niños”.

Al observar la etimología del término souvenir nos encontramos con que lo forman dos componentes muy comunes: el prefijo sub-, que significa «bajo» y también ha dado lugar a términos como sublime, suburbio y subasta; el verbo «venir». Aunque «venir abajo» no parezca tener mucha relación con el concepto, hace referencia a que el objeto adquirido viene para ayudarnos a recordar, lo traemos para que nos facilite la evocación de ciertas imágenes.

Podría decirse que el objetivo de un souvenir es la asociación de una vivencia con el objeto. Supongamos que una persona que vive en España visita Nueva York por primera vez y disfruta unos días muy agradables en la ciudad. Antes de regresar a su país, decide adquirir una figura en miniatura de la Estatua de la Libertad a modo de souvenir. De esta manera, compra el adorno y lo lleva a su casa en España. Cada vez que vea la pequeña Estatua de la Libertad, recordará aquellas vacaciones en Nueva York.

Los souvenirs también pueden servir como regalo: si una persona, en el medio de un viaje, compra un souvenir y a su regreso se lo entrega a un ser querido, le estará demostrando que pensó en él incluso durante sus vacaciones o recorridos. Retomando el ejemplo del sujeto que visitó Nueva York, puede comprar cinco figuras de la Estatua de la Libertad, quedarse con una para su casa y repartir las otras cuatro entre sus padres y hermanos.

Debido a que los souvenirs resultan muy populares, su venta representa una fuente de ingresos importante para las ciudades turísticas. En este sentido, es necesario distinguir entre los productos industriales y los artesanales, ya que presentan varias diferencias, que pueden interesar a los distintos tipos de consumidores. Por un lado, los souvenirs hechos a mano siempre poseen un cierto grado de autenticidad imposible de alcanzar por medio de un proceso industrial, aunque no se trate de modelos exclusivos.

Los artesanos no se limitan a repetir el proceso de creación de forma fría y automatizada, sino que imprimen su pasión en cada figura, y eso se puede apreciar a simple vista. Claro que este nivel de dedicación también se traduce en el precio final de los artículos, algo que para muchos no se justifica, especialmente si desean adquirirlos en grandes cantidades para repartirlos entre sus seres queridos al regreso de un viaje. Sin embargo, los amantes del arte prefieren invertir un poco más de dinero para tener en sus manos algo único, que haya sido producido por otro ser humano.

El souvenir también se utiliza muy frecuentemente en las fiestas de cumpleaños u otras celebraciones, como un pequeño obsequio que se entrega a los invitados antes de que se retiren. Los objetivos en este caso son agradecerles por su presencia y darles uno o más objetos que puedan conservar para recordar la reunión en el futuro.

Los souvenirs de las fiestas suelen entregarse en bolsas o paquetes pequeños, y muchas personas dedican una buena parte de la organización general de la reunión a encontrar el diseño y el contenido ideales. Según se trate de una celebración de adultos o niños, es común que el souvenir incluya golosinas, pequeñas figuras, arreglos florales y alguna tarjeta con una nota de agradecimiento.

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