Definición de sistema óseo

Un sistema es un conjunto de elementos que desarrollan interacciones y que se mantienen interrelacionados entre sí. En cuanto al término óseo, podemos decir que refiere a aquello vinculado a los huesos (las estructuras rígidas que componen el esqueleto de los animales vertebrados).

La noción de sistema óseo, por lo tanto, hace mención al conjunto de huesos que forman el esqueleto. El ser humano dispone de un sistema óseo formado por 206 huesos que crecen y se desarrollan en la niñez y la adolescencia. Gracias a estos huesos, las personas pueden permanecer de pie y desplazarse.

La función de un sistema óseo, de este modo, es sostener el cuerpo, permitir la locomoción y proteger los órganos. Los huesos que forman el sistema se encuentran unidos a través de articulaciones y están compuestos por una clase de células conocidas como osteocitos. Los cartílagos, por su parte, permiten que los huesos no se junten.

En el caso de los humanos, es habitual que el sistema óseo se divida en dos sectores para su estudio: el esqueleto axial (formado por los huesos que se ubican en el eje y que se encargan de soportar el peso corporal y de brindar protección a los órganos) y el esqueleto apendicular (los demás huesos).

Todos los mamíferos cuentan con un sistema óseo interno; es decir, con un endoesqueleto. Los huesos en estas especies se hallan en el interior del cuerpo. Los artrópodos, en cambio, tienen un sistema óseo externo o exoesqueleto: sus piezas duras se hallan fuera del cuerpo y protegen los órganos que sí están en el interior del organismo.

Si bien el sistema óseo es fuerte y resistente, y de hecho lo consideramos la parte de nuestro cuerpo que nos mantiene de pie y la más difícil de dañar, es también tejido vivo, tanto como la piel, por lo cual es susceptible de trastornos que afecten tanto su fisiología como su anatomía. Basta con un problema que afecte la velocidad a la que se regeneran las células de los huesos, su crecimiento o su rigidez, entre otras propiedades, para que su funcionalidad se vea comprometida.

Lamentablemente, son muchas las enfermedades que pueden afectar el sistema óseo del ser humano. Una de las más comunes es la osteoporosis, que provoca un aumento en el ritmo al cual se pierde la masa ósea con respecto a su regeneración. Esto acarrea una reducción en la densidad, cuya consecuencia es el debilitamiento de los huesos.

Esta enfermedad afecta en especial a las personas de edad avanzada, sobre todo a mujeres que se encuentren en la fase posmenopáusica. Dada la pérdida de densidad y fuerza en los huesos, se vuelven muy comunes las quebraduras por golpes y caídas leves, que no afectarían en absoluto a un individuo joven y sano. La cadera, la columna y la muñeca son las zonas más preocupantes.

Para tratar la osteoporosis se suelen administrar ciertos medicamentos para el fortalecimiento de los huesos. Sin embargo, como en casi todos los casos, lo mejor es prevenir su aparición, y para eso debemos llevar una vida sana durante la juventud, consumiendo vitamina D y calcio, además de realizando ejercicio físico para llegar a la vejez con un sistema óseo fuerte.

Por otra parte, el cáncer óseo es una de las enfermedades menos frecuentes en este marco, ya que no se encuentra ni siquiera entre las primeras veinte. Sin embargo, dado que es uno de los peores cánceres, los médicos intentan detectarlo a tiempo para comenzar el tratamiento lo antes posible. En la mayoría de los casos, no se conoce la causa de este trastorno, pero algunos de ellos se dan por herencia.

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