Definición de servil

El adjetivo servil, derivado del vocablo latino servīlis, permite calificar a aquello vinculado a los siervos. Un siervo, en tanto, es un esclavo, un individuo sometido a un señor feudal o un sujeto que está totalmente subordinado a algo o alguien.

La idea de servil, por lo tanto, suele usarse con referencia a quien se somete a la autoridad de una persona sin cuestionamientos ni objeciones. El término se utiliza de manera peyorativa o negativa, ya que se considera que quien es servil resulta rastrero e indigno.

Por ejemplo: “No tengo ningún respeto por él como periodista, me parece un comunicador servil que se limita a repetir lo que dicen los gobernantes”, “La oposición acusó al canciller de servil y de favorecer los intereses de las potencias extranjeras en lugar de los nacionales”, “La población está a merced de jueces serviles que fallan siempre a favor de los poderosos”.

Es importante mencionar que la noción de servil no solo se usa para la calificación de seres humanos, sino que también hace referencia a actitudes, expresiones, actividades, etc.: “Me irrita la obediencia servil de los trabajadores que no hacen valer sus derechos frente a la prepotencia de sus patrones”, “El apoyo servil de varios diputados opositores fue clave para que el gobierno pudiera imponer su polémico proyecto”, “Muchos analistas criticaron la posición servil del presidente en la cumbre”.

Aquel que es servil, en definitiva, no cuestiona las órdenes de sus superiores ni pone reparos a las instrucciones de quien ostenta algún tipo de poder o autoridad.

Antes de continuar, debemos mencionar el sustantivo de la familia de servil, servilismo, que se define como la condición de quien es servil. Digamos que podríamos reformular varias de los ejemplos anteriores usando este término en lugar de un sustantivo más el adjetivo servil: «me irrita el servilismo de los trabajadores», «criticaron el servilismo del presidente».

Queda claro que la palabra servil no tiene ninguna acepción positiva. De hecho, además de los sinónimos mencionados hasta ahora, podríamos agregar adulador, sumiso, lamebotas y apocado, entre otros que hacen referencia a una falta de respeto hacia la propia persona en favor de cumplir con las indicaciones o la voluntad de un tercero.

Otra forma de interpretar este adjetivo, aunque también negativa, es como la actitud de quien se muestra servicial y humilde a un nivel exagerado con el propósito de obtener algún beneficio de sus superiores. Si bien podríamos afirmar que la doble intención se encuentra presente en todos los casos, quizás el sujeto no siempre sea consciente de estar esperando algo a cambio, ya que muchos son serviles simplemente por no saber actuar de una manera digna.

En resumen, la actitud del servilismo es una de las más criticadas porque evidencia una relación muy pobre con uno mismo, la ausencia de amor propio y la aprobación de las decisiones y acciones de otra persona más allá de sus características. En muchos casos podríamos decir que se trata de una suerte de esclavitud que no se impone, sino que la escoge el propio esclavo.

Si las consecuencias negativas de una forma de actuar servil solamente impactaran en quien la exhibe, quizás el concepto no sería muy preocupante a nivel social. Sin embargo, en ciertas situaciones pueden alcanzar a terceros que piensan de forma opuesta y condicionar sus vidas injustamente. Por ejemplo, cada vez que alguien acepta una actitud abusiva por parte de un empleador, afecta negativamente la situación del mercado en el que se encuentra inmerso. Ya sea un trato nocivo, la ausencia de un contrato formal o un salario demasiado bajo, callar la frustración por miedo a perder el trabajo vuelve más difícil la reclamación para los demás.

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