Definición de saliva
Saliva, una palabra con raíz etimológica en el vocablo latino salīva, es el líquido que se produce en la boca y que permite ablandar la comida para posibilitar que sea deglutida. Este fluido incoloro que tiene una cierta viscosidad es generado por las glándulas salivales.
Las estimaciones indican que estas glándulas producen y depositan en la cavidad bucal cerca de un litro y medio de saliva por día. A medida que una persona envejece, su producción de saliva comienza a descender. La elaboración de saliva, por otro lado, se vincula al ritmo circadiano: la producción, de este modo, disminuye en el horario nocturno.
Con un pH de entre 6,5 y 7, la saliva está formada en gran parte por agua. Además dispone de componentes como fosfato, bicarbonato, calcio, lisozima, moco y diversas inmunoglobulinas y enzimas, entre otros. Todas estas sustancias le permiten cumplir con una variada gama de funciones.
Ya dijimos que la saliva es necesaria para ablandar los alimentos y contribuir a la formación del bolo alimenticio. Este líquido orgánico también ayuda a que podamos sentir los sabores.
La lubricación de la boca, necesaria para facilitar la dicción y la primera etapa de la digestión, es otra de las funciones de la saliva, al igual que la cicatrización y la protección de la cavidad bucal y la conservación del pH neutro.
También es interesante descubrir una serie de curiosidades que no todo el mundo conoce sobre la saliva, tales como estas:
-Es fundamental y necesaria para poder detectar el sabor de los alimentos que nos llevamos a la boca.
-Los enjuagues bucales que cuentan con un elevado porcentaje de alcohol pueden provocar que se modifique la cantidad de saliva que se produce.
-Una persona adulta y sana puede segregar de manera diaria entre 1 y 1,5 litros de saliva.
-Los hombres se considera que segregan más saliva que las mujeres.
-Es un falso mito eso de que los bebés segregan más cantidad de saliva cuando les van a salir los dientes.
Además de todo lo expuesto, es importante conocer que son diversas y variadas las enfermedades que se transmiten a través de la saliva. Entre las mismas se encuentran las siguientes:
-Mononucleosis infecciosa, que es más conocida por el nombre de la enfermedad del beso. Aparece, sobre todo, en adolescentes y jóvenes, está causada por el virus de Epstein-Barr y sus síntomas son dolor de garganta o fiebre, entre otros. En varias semanas suele curarse por completo gracias a un tratamiento consistente, sobre todo, en reposo y en una hidratación adecuada.
-Herpes, ocasionados por distintos virus que pueden ser bucales o genitales. No tiene cura y se manifiesta a través de picores y sensación de quemazón. Con distintos medicamentos recomendadas por el doctor se pueden corregir.
La hepatitis B, la gripe, un catarro o la meningitis son otras de las patologías que se considera que también se puede transmitir y contagiar a través de la saliva, de los besos.
Cuando una persona produce saliva en exceso, sufre de sialorrea; en cambio, si genera poca saliva, experimenta hiposialia. La sequedad de la boca, por otra parte, se conoce como xerostomía.