Definición de saldo
A partir del vocablo latino solĭdus, se originó en nuestra lengua el término saldo, el cual puede definirse como el resultado que se obtiene después de realizar una cuenta o de analizar una cuestión que haya finalizado.
Por ejemplo: “Creo que el saldo del torneo es positivo: ganamos cinco partidos, empatamos dos y perdimos sólo uno”, “El saldo del primer trimestre es alentador”, “El operativo policial dejó como saldo siete personas detenidas”.
En el ámbito de la contabilidad, el saldo es la diferencia que existe en el haber o los ingresos y el debe o los egresos. Si pensamos en un balance que se desarrolla para llevar la economía familiar, en la columna del haber se registrará el dinero que ingresa (salarios, cobro de intereses, ganancias por inversiones, etc.) y en la columna del debe, el dinero que se gasta (pago de servicios e impuestos, compra de productos). La diferencia entre ambas columnas será el saldo, que puede ser saldo acreedor (cuando el haber resulta mayor al debe), saldo deudor (cuando el debe supera al haber) o saldo nulo (no hay diferencias entre el haber y el debe).
En resumen, si en un determinado mes, una familia recibe 10.000 dólares y gasta 8.000, tendrá un saldo acreedor de 2.000 dólares. Dada la situación económica de la mayoría de las personas en una época de crisis, son más comunes los saldos nulo y deudor: gastar hasta la última moneda y llegar a final de mes con lo justo, o bien agotar todo el dinero antes de cobrar el sueldo siguiente, y depender de préstamos para subsistir.
Para los comercios, los saldos son los productos que se ofrecen a precio reducido con la intención de venderlos en el corto plazo: “La semana próxima comenzarán los saldos en las tiendas del centro”, “¿Te gusta esta campera? La encontré entre los saldos del centro comercial”.
Son varias las tiendas que ofrecen en Internet saldos de productos muy populares, y del mismo modo existe un tipo de comprador que siempre busca estos descuentos antes de decidirse a gastar su dinero. Por otro lado, para mantener el equilibrio, las personas más cómodas o desconfiadas prefieren dirigirse a los sitios tradicionales, aunque esto les repercuta negativamente en el bolsillo.
En la telefonía celular o móvil, por último, el saldo es el dinero disponible en una línea o tarjeta para comunicarse. A grandes rasgos, la telefonía móvil se ofrece en dos modalidades: por contrato, que brinda a los clientes una serie de prestaciones bien definidas en un paquete por el cual pagan un monto fijo todos los meses; con tarjeta, que funciona a base de un saldo en dinero, el cual se consume a medida que se utilizan los diferentes servicios, hasta que sea necesario efectuar una recarga.
El saldo de un teléfono móvil representa una cantidad de dinero que hemos ingresado en nuestra cuenta, así como ocurre con las tarjetas de crédito o de débito, con una diferencia fundamental: una vez hecha una recarga, el monto pertenece a la compañía de telefonía, aunque sea para nuestro uso del dispositivo. En otras palabras, se asemeja más a las entradas (billetes, tickets, pases o bonos, entre otros nombres posibles) de los parques de atracciones, que nos dan acceso a un cierto número de juegos y espectáculos dentro de un plazo definido, según el precio que paguemos y las promociones que aprovechemos, por ejemplo.
Mientras que un contrato nos brinda beneficios tales como una tarifa plana de datos para navegar en Internet, la opción con tarjeta suele acarrear una disminución directa del saldo por cada mega utilizado. Del mismo modo, las llamadas telefónicas cuestan más y se cobran de forma individual, a diferencia de planes como los que hacen gratuitas todas las llamadas a números nacionales, típicas de la modalidad con contrato.