Definición de rudimentos

El origen etimológico del término rudimentos que ahora nos ocupa se encuentra en el latín, concretamente en “rudimentum”, que es fruto de la suma de dos partes diferenciadas: el adjetivo “rudis”, que es sinónimo de “basto” o “en bruto”, y el sufijo instrumental “-mentum”.

El concepto hace referencia al desarrollo imperfecto o primitivo de algo y a los primeros trabajos de una disciplina científica o profesional.

Por ejemplo: “Los rudimentos de las normas deben ser claros para que la sociedad comprenda y acate lo establecido”, “Cuando yo era un niño, mi padre me enseñó los rudimentos de este oficio”, “Un diputado debe conocer a la perfección los rudimentos de la Constitución para ejercer su función”.

Aquello vinculado a los rudimentos se conoce como rudimentario: “Tengo conocimientos rudimentarios sobre electrónica”, “El refugio era un poco rudimentario, pero nos brindó cobijo durante dos noches”, “Esta ciencia aún atraviesa una etapa rudimentaria”.

Es importante saber que dentro del ámbito religioso también se recurre a la utilización del término rudimentos. En concreto, en el marco del Cristianismo, se emplea para referirse a las primeras enseñanzas o enseñanzas básicas que se han de dejar de lado con el objetivo de poder pasar a la madurez y comprender de manera más perfecta lo que es la enseñanza de Cristo.

En “La Biblia” existen distintos textos de apóstoles que hacen referencia precisamente a que es imprescindible dejar atrás los rudimentos que, en la mayoría de los casos, son fruto de ideas y preceptos de los hombres y no de las enseñanzas de Dios. Así, por ejemplo, se aboga por acabar con rudimentos impuestos por los seres humanos como son el ayuno.

Para el apóstol San Pablo esos rudimentos no son más que aspectos débiles y pobres, que no sirven para nada y que, bajo ningún concepto, deben justificarse porque eso lo único que traería consigo es que Cristo hubiera muerto en vano. Asimismo añade que el hombre que vive “sometido” a los rudimentos lo que hace es vivir en la debilidad, teniendo una conciencia absolutamente pobre y que dejándose llevar por ideas que son absolutamente obsoletas.

En el ámbito de la música, se denomina rudimentos a los patrones que se emplean para el aprendizaje de ciertos instrumentos de percusión. A comienzos del siglo XVII comenzaron a plasmarse los rudimentos por escrito, constituyéndose como una base de estudio.

Los rudimentos, de este modo, detallan ciertas combinaciones de golpes a los instrumentos. Pueden tratarse de golpes únicos (que suponen una nota) o de golpes dobles (dos golpes únicos que se realizan con la misma mano), combinados de distintas maneras y con diferentes velocidades. Cuando se busca que el instrumento produzca un sonido continuado, se habla de redoble.

Puede entenderse a los rudimentos, en definitiva, como ejercicios básicos que permiten, una vez dominados, avanzar en interpretaciones más complejas de los instrumentos de percusión. Los rudimentos contribuyen a mejorar el control y la coordinación de las manos y de los dedos.

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