Definición de romboide
Romboide es un concepto que se utiliza en la geometría para nombrar al paralelogramo que dispone de dos ángulos mayores que el otro par y de lados contiguos que resultan desiguales.
A partir de un análisis de las características de los romboides, es posible incluir estas figuras en distintos grupos. Como primer punto, un romboide es un polígono, ya que está formado por una cantidad finita de lados (segmentos rectos) que se disponen consecutivamente en un plano.
Debido a que el romboide tiene cuatro lados, se trata de un cuadrilátero. También puede definirse el romboide como un paralelogramo porque sus lados opuestos son iguales y cuenta con lados paralelos de dos en dos.
El romboide, en definitiva, es un polígono cuadrilátero paralelogramo que se caracteriza por tener lados contiguos desiguales y un par de ángulos de mayor amplitud que los otros dos.
Otras particularidades del romboide son que sus diagonales no resultan iguales (por lo tanto, un romboide no es un rectángulo) y que estas diagonales tampoco son perpendiculares entre sí (por eso el romboide no es un rombo). Carente de ejes de simetría, los ángulos internos del romboide suman 360º y sus ángulos contiguos pueden clasificarse como suplementarios (suman 180°).
Para calcular el área de un romboide, es necesario multiplicar un lado por la distancia que existe, en sentido perpendicular, entre dicho lado y el lado opuesto. El perímetro, por otra parte, se calcula a partir de la suma de la medida de un lado más su lado contiguo y luego multiplicando dicho resultado por dos.
Así como ocurre con el rombo, el romboide es una figura geométrica que despierta un gran interés en los diseñadores gráficos, dado que transmite la sensación de movimiento. Y el romboide lo hace más que el rombo porque no posee ejes de simetría, es decir, que no existe la forma de cortar la figura en dos partes idénticas, a partir de las cuales sea posible reconstruir la original simplemente espejando la imagen resultante.
Para la construcción de un romboide con papel y lápiz a través de métodos meramente matemáticos, debemos poner en práctica todos los conceptos expuestos en los párrafos anteriores, teniendo en cuenta cada una de sus propiedades. Los pasos podrían ser los siguientes:
* decidir la extensión de uno de los lados y apuntarla para su posterior uso; no importa si se trata de uno de los más cortos o de los más largos, pero es importante asignarle uno de estos dos grupos, ya que a medida que dibujemos la figura no podremos volver atrás;
* partiendo de la medida anterior, y dependiendo de a qué par de lados pertenezca, determinar la extensión de los dos restantes y anotarla, la cual deberá ser obligatoriamente mayor o menor a la primera;
* determinar la medida de los ángulos internos, recordando que cada par de contiguos debe sumar 180º. Como se explica anteriormente, estos ángulos deben ser diferentes, por lo cual uno de ellos debe ser mayor o menor a 90º;
* dibujar el primer lado, preferentemente aprovechando uno de los renglones de la hoja o, si usamos una lisa, orientándolo a 180º de los extremos derecho e izquierdo de la misma (o sea, que el segmento sea paralelo al tope y al pie de la hoja);
* usando uno de los dos ángulos definidos anteriormente, comenzar a dibujar el lado siguiente;
* siempre respetando las extensiones decididas al principio del procedimiento, trazar un nuevo lado, igual al primero, orientándolo al ángulo correspondiente;
* finalmente, cerrar la figura uniendo los dos vértices que quedan descubiertos.
En las herramientas gráficas tales como Photoshop, por otro lado, crear un romboide es mucho más sencillo, y no requiere de ningún conocimiento matemático, aunque sí es necesario saber cuáles son las características básicas de esta figura para representarla correctamente. Basta con dibujar un rectángulo haciendo uso de vectores, y luego aplicar la deformación conocida como «sesgo«, para mover dos de sus lados paralelos en la dirección deseada.