Definición de rogar

Rogar es la acción de solicitar o suplicar algo. Se trata un pedido que se lleva a cabo con el objetivo de conseguir u obtener un favor, un servicio o un bien determinado. Por ejemplo: “Voy a rogar todo lo que sea necesario para lograr que me atiendan”, “Después de rogar durante horas, el niño consiguió el permiso para ir al baile”, “No estoy dispuesto a rogar para que me perdone”.

El concepto suele vincularse a una solicitud insistente o desesperada. Un empleado puede rogar a su jefe que lo cambie de puesto de trabajo ya que no se siente a gusto. En este caso, el pedido será realizado con obstinación y demostrando que el malestar que siente es importante.

Aquello que se hace rogar o de rogar es algo que se demora demasiado. Un delantero que pasa ocho partidos sin convertir un tanto y recién anota al noveno encuentro puede comentar que la llegada del gol se hizo rogar.

Esta forma de entender el verbo rogar sirve para describir situaciones de características muy diversas. Por un lado, es posible usar la expresión «hacerse rogar» para describir la excesiva demora de una acción que creemos necesaria por parte de un tercero; por ejemplo, si una persona estaba convencida de que alguien le debía una disculpa y ésta llegó demasiado tarde, puede decir que «la disculpa se hizo rogar». En este caso, a pesar de haber recibido lo que creía justo, es probable que se sienta molesta.

Por otra parte, también puede ocurrir que tras días de un calor insoportable llegue una tormenta y se lleve consigo la humedad que intensificaba la temperatura, ante lo cual la gente puede señalar que «la tormenta se hizo rogar». A diferencia del ejemplo anterior, el suceso ansiado produce alegría en quienes lo reciben.

En ciertos contextos, rogar está considerado como una acción que rebaja o menosprecia a la persona. Un sindicalista, en este sentido, puede señalar que su gremio no va a rogar la reincorporación de un grupo de trabajadores despedidos de una empresa, sino que va a exigirla ya que considera que dichos despidos fueron injustificados e ilegales.

Una de las razones por las cuales una persona puede negarse a rogarle a otra es el orgullo, dado que esta acción se asocia al reconocimiento de una jerarquía en la cual quien la ejecuta ocupa un puesto menor del que asume quien la recibe. Esto puede ser cierto, dependiendo del punto de vista, aunque no necesariamente negativo: cuando le rogamos a alguien que nos perdone por haberle causado un daño, le adjudicamos un poder mayor al nuestro, el de perdonarnos, y de este modo asumimos una posición de la cual deseamos salir porque el otro nos importa.

En el ámbito de la religión, rogar es pedir a Dios o a una divinidad. El ruego, en este caso, se asocia al rezo: “Ruego a Dios Padre que nos conceda paz en este difícil momento”, “Voy a rogar al Señor por la recuperación de tu hija”.

Como se puede apreciar en los dos ejemplos del párrafo anterior, la acción de rogar a Dios puede llevarse a cabo tanto para solicitarle ayuda personal como para que ampare a un tercero. A diferencia de otras formas de entender este término, la religión no lo ve como una forma de humillarse frente a otro individuo, sino de aceptar que se encuentra por debajo de Dios y, partiendo de esta postura de total humildad, pedirle su protección para hacer frente a una dificultad. Cabe mencionar que esto debe efectuarse en el contexto adecuado, y no de manera abusiva a lo largo de todo el día y con objetivos banales.

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