Definición de risueño
Risueño es un adjetivo cuyo origen etimológico se halla en el vocablo latino risus, que puede traducirse como “risa”. Se trata del calificativo de aquel que suele reírse con frecuencia: “Tomás es un bebé muy risueño”, “Lo que me gusta de Ana es que es risueña y siempre tiene buen humor”, “En el trabajo no soy un hombre risueño: prefiero la seriedad”.
Por lo general, el uso de este término tiene connotaciones positivas cuando se usa para describir a una persona, a diferencia de decir «se ríe mucho», «todo el tiempo» o, más evidente aún, «demasiado». Las personas risueñas suelen alegrar a quienes las rodean, y esta cualidad puede ir de la mano de una especial transparencia en el trato, una forma de mostrarse ante los demás muy sincera y frontal, sin actitudes retorcidas o segundas intenciones.
El adjetivo también se emplea para calificar a quien exhibe un rostro sonriente: “¿Por qué estás tan risueño? ¿Qué ha pasado?”, “Esta tarde Felipe está particularmente risueño: seguro que recibió una buena noticia”, “Se nota que estoy enamorado: todos dicen que me ven risueño”.
En este caso, decir que alguien se muestra risueño puede dar a entender que no se caracteriza por reír muy a menudo, sino que se trata de un suceso fuera de lo común. Por lo general, este uso también tiene una connotación positiva, o sea que el emisor expresa alegría ante el estado anímico del individuo risueño, o bien que no le causa ninguna sensación negativa. Bastaría agregar el adverbio «demasiado», por ejemplo, para dar vuelta la situación: «Hoy estás demasiado risueño, no sé que te ocurre» deja claro que el emisor no disfruta de las risas del interlocutor, sino que le molestan.
Lo risueño, por otra parte, es algo que provoca risa, alegría o diversión: “Mi novio me regaló un libro risueño que me divirtió largas horas”, “Nunca vi un paisaje tan risueño y lleno de vida”, “El actor se refirió a su madre con palabras risueñas”. Esta acepción no es tan común en el habla cotidiana, sino que se advierte normalmente en la prensa y la literatura; por el contrario, su uso para describir personas es mucho más frecuente.
La noción de risueño suele emplearse para definir un ambiente distendido, sin presiones ni tensión. Si un periodista afirma que un grupo de diputados se reunió en un “contexto risueño”, estará haciendo referencia a que dichos legisladores participaron de una reunión amena y cordial. De modo similar, es posible decir que algo cuyo aspecto genera deleite, alegría o gozo en alguien es risueño; por ejemplo, para describir un espacio natural tal como un bosque es posible decir que es risueño si causa bienestar emocional a sus visitantes.
Esta última acepción tampoco es muy común en el lenguaje popular, y de hecho muchas personas podrían mostrar dificultad para entender su significado en una oración que hable de un «bosque risueño». Otra acepción de uso poco frecuente define «risueño» como sinónimo de «favorable» o «próspero», dos adjetivos que, si bien no se relacionan directamente con la risa, pueden servir para enfatizar lo positivo y saludable de esta acción para el ser humano, de forma opuesta a mostrar una actitud sombría y excesivamente seria frente a la vida.
En España, Risueño es un apellido que comparten distintas personalidades. El militar y veterinario Carlos Risueño y Mena, el escultor y pintor José Risueño y la actriz Ana Risueño son algunas de las personas que se apellidan de esta forma.
La Plaza de Risueño, por último, se encuentra en el centro histórico de Cartagena, una ciudad de Murcia (España). Su nombre recuerda a un médico que vivió en la primera mitad del siglo XIX.