Definición de responsabilidad civil

La responsabilidad es el compromiso de tipo moral que surge a partir de una eventual equivocación o de una falta que comete una persona. El concepto también hace referencia a la obligación de reparar y compensar el daño causado.

En el ámbito del derecho, se entiende la responsabilidad como la capacidad de un sujeto para reconocer y admitir los efectos de una acción que realizó con libertad. A partir de esta capacidad, el individuo puede ser juzgado y condenado cuando su conducta implica un delito.

La noción de responsabilidad civil hace referencia a la obligación de un sujeto de reparar, a través de una compensación monetaria, un daño que le haya provocado a otra persona. Lo habitual es que la responsabilidad civil obligue al responsable del año a pagar una indemnización por los perjuicios que ocasionó.

La responsabilidad civil puede tener distintos orígenes. En algunos casos, supone la violación de un contrato y la falta puede demostrarse con facilidad. Por ejemplo: si una persona contrata a un arquitecto para que diseñe y dirija la construcción de una casa pero, unos meses después, el arquitecto desaparece, la víctima podrá demandarlo y el arquitecto deberá asumir su responsabilidad.

Existen numerosos casos de este tipo, y muchos de ellos se basan en la discriminación o el aprovechamiento por parte del trabajador que se compromete a completar un proyecto hacia su cliente, por cuestiones de clase social o recursos económicos. Por ejemplo, algunos profesionales toman muchos de estos trabajos a la vez, sabiendo que no podrán cumplir con todos en el plazo que ha prometido, y por eso priorizan los tratos con las personas más adineradas, (confiando probablemente en poder convencerlas de expandir los proyectos) y dejan de lado al resto, ya sea por un tiempo o definitivamente.

De acuerdo con la doctrina moderna, cuando se incumple una relación contractual (como podría ser la construcción de una casa para un cliente) no sólo se observan los daños y perjuicios directos (como ser que el arquitecto no complete el proyecto o que ni siquiera comience a realizarlo), sino que surge una serie de complicaciones derivadas de los mismos a causa de lo que la ley denomina cúmulo de responsabilidades.

Dichas responsabilidades exceden los límites del contrato, ya que se desprenden naturalmente por cuestiones lógicas, que no es necesario mencionar en el mismo; por ejemplo, la obligación de mantener un contacto frecuente con los clientes por algún medio de comunicación, ya sea para informarles del progreso del trabajo o para solicitarles más tiempo para completarlo. Si no se cumplen dichas responsabilidades extracontractuales, pueden surgir perjuicios que agravan el caso (como ser un gasto extraordinario para pagar la estancia en un hotel hasta que finalice el proyecto).

En otras situaciones, la responsabilidad civil resulta más difícil de comprobar. Un médico puede ser demandado por un paciente que considera que el profesional no actuó de forma responsable, mientras que el médico asegura que sí lo hizo.

Los intereses en una demanda de esta naturaleza juegan un papel muy importante, y suelen generar una interferencia que deja en último lugar las razones más puras del problema. Por un lado, si el damnificado es el familiar de una persona que ha fallecido tras una supuesta mala praxis, es probable que desee destituir al médico de su cargo sin escuchar sus explicaciones ni contemplar el hecho de que todos podemos cometer errores, incluso de esta gravedad; el profesional, por su parte, hará lo posible por proteger su trabajo, y muchos no dudan en manipular la verdad sin límites para evitar la condena.

Cabe destacar que la responsabilidad civil es indemnizatoria (se busca compensar el daño causado), a diferencia de la responsabilidad penal que resulta punitiva (castiga la falta).

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