Definición de resma

El origen etimológico del término resma se encuentra en el árabe rizmah, que puede traducirse como “paquete”. El concepto se emplea para nombrar a un conjunto de hojas de papel. Por ejemplo: “Tenemos que comprar una resma para imprimir los nuevos formularios”, “¿Me ayudas a cargar las resmas y llevarlas al depósito?”, “El jefe me pidió que le alcances una resma”.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) detalla que una resma está formada por veinte manos de papel. Para comprender esta definición, debemos saber a qué se refiere la idea de mano y comprender cómo se fracciona el papel.

En la antigüedad, las hojas se contabilizaban a mano. Las hojas que se cortaban de una bobina solían separarse en cuadernillos de cinco hojas. Cada cinco cuadernillos, a su vez, se creaba una mano. Puede decirse, por lo tanto, que una mano de papel constaba de veinticinco hojas (cinco por cada uno de los cinco cuadernillos).

Al agrupar veinte manos, finalmente, se formaba una resma. Si cada mano tenía veinticinco hojas, una resma de veinte manos de papel contaba con 500 hojas. Por eso hoy las resmas que pueden comprarse en los comercios incluyen este número de hojas.

Es importante conocer también que, a lo largo de la historia, se ha utilizado el término resma para hacer referencia a distintas cantidades. Es decir, que no siempre ha sido equivalente a 500 hojas sino que también se ha usado para denominar a un conjunto de 480 hojas, por ejemplo. Eso fue algo que fue cambiando progresivamente por distintos motivos, hasta que finalmente se fijó en la cantidad con la que lo identificamos hoy.

Por extensión al concepto de resma, puede hablarse de media resma (el paquete de 250 hojas), cuarta (125 hojas) o quinta (100 hojas), todas denominaciones convencionales de los paquetes de hojas de acuerdo a la cantidad ofrecida.

De la misma manera, en relación a la resma tenemos que exponer la existencia de otra serie de unidades que se utilizan de manera frecuente para también hacer referencia a las cantidades de hojas de papel con las que se está trabajando. Así, por ejemplo, entre las más habituales se hallan estas:
-Bulto. Bajo este nombre se hace referencia a lo que son dos resmas, es decir, a 1.000 hojas.
-Atado. Este otro término se emplea para denominar a lo que es el conjunto de tres resmas, por tanto, a 1.500 hojas.
-Fardo. Un total de cinco resmas son las que se dan en llamar así, por lo que se refiere, ni más ni menos, que a 2.500 hojas.

Cabe destacar que se pueden distinguir las resmas por el tamaño (siendo A4 el más común en la actualidad) y el peso de sus hojas.

Asimismo no podemos pasar por alto que, en la actualidad, todos estos términos son los que utilizan los impresores a la hora de pedir papel a sus proveedores y así poder acometer sus trabajos. De esta manera, en base a todo lo que tengan que imprimir procederán a solicitar que les sean enviadas resmas, fardos, atados, medias resmas…

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