Definición de residente
Residente es aquel que reside. El término proviene del latín residens y permite nombrar a la persona que vive en un determinado espacio y al empleado o funcionario que vive en el lugar donde tiene su empleo o cargo.
Por ejemplo: “El actor, residente de este barrio desde hace veinte años, salió a las calles a manifestarse en contra del cierre del museo”, “Tres turistas y un residente fallecieron ayer en Calcuta al derrumbarse un edificio en pleno centro”, “El ruido de los manifestantes molesta a los residentes que solo pretenden descansar”.
Los estudiantes que pasan temporadas en residencias universitarias también reciben el nombre de residentes. Por diversos motivos, muchos jóvenes necesitan de la comodidad que brindan estos centros, dado que se encuentran próximos a las facultades. Entre las ventajas se puede destacar el precio, que suele ser menor al del resto del mercado; sin embargo, solo ofrecen alojamiento a estudiantes acreditados.
Un médico residente, por otra parte, es el especialista que, según ciertas reglamentaciones, presta sus servicios exclusivamente en un centro hospitalario: “El Dr. Gómez, médico residente del nosocomio, se está encargando de la atención del cantante”, “Me voy a vivir a España: me contrataron como médico residente en un hospital de Salamanca”.
Un ministro residente es un agente diplomático que tiene una categoría inmediatamente inferior a la de ministro plenipotenciario.
Residente, por otra parte, es el apodo de René Pérez Joglar, cantante del grupo de reguetón puertorriqueño Calle 13. Su sobrenombre procede de la identificación que debía dar a un guardia de seguridad cada vez que ingresaba a su casa en una urbanización de Trujillo Alto.
Residente, nacido el 23 de febrero de 1978, es hijo de la actriz Flor Joglar de Gracia y de un abogado. Con un bachillerato en Artes y una maestría en Cine, llegó a la fama con el estallido del reguetón como género musical en Latinoamérica y otras partes del mundo.
Tarjeta de residente
La tarjeta de residente (también llamada de residencia) es el documento que, en muchos países, se ofrece a los inmigrantes para legalizar su situación y permitirles permanecer en su nuevo territorio durante un tiempo. Si bien el procedimiento no es igual en todas partes del mundo, por lo general suele demandar a la persona extranjera la presentación de una serie de certificados que brinden a las autoridades la mayor cantidad de información posible.
En primer lugar, se encuentra el pasaporte, el cual debe estar en vigencia y cuya antigüedad no debe superar un cierto límite, diferente en cada país, pero que por lo general gira en torno a los pocos meses. Esta es la primera complicación a la cual debe enfrentarse una persona que desea cambiar de país, dado que la renovación del pasaporte supone una inversión de tiempo y dinero.
Es importante señalar que el documento nacional del país de origen no tiene ninguna validen en destino; una vez en el exterior, el pasaporte se convierte en la única prueba de la propia identidad.
Las personas casadas deben asimismo presentar una copia de su acta de matrimonio que haya pasado por el proceso de certificación exigido por el país de destino. En este caso, si existen diferencias lingüísticas entre ambos territorios, es obligatorio realizar la traducción pertinente, lo cual también repercute en el bolsillo del interesado. Además, así como ocurre con el pasaporte, es común que se requiera una antigüedad menor a un año.
Una vez obtenida la tarjeta de residente, la tranquilidad dura tan solo unos años; cuando caduca, es necesario repetir el proceso y, en muchos casos, las autoridades buscan desmoralizar a los inmigrantes, haciéndoles sentir que los años que pasaron en el país no cuentan, que representan una molestia para los locales.
La tarjeta de residente representa, en pocas palabras, el derecho a ser tratado con una cierta amabilidad durante unos pocos años, luego de lo cual las sonrisas se convierten en amenazas de destierro si no se cumple con una serie de requisitos, por injustos o absurdos que parezcan.