Definición de replegar
Replegar es un término que deriva de replicāre, un vocablo latino. El primer significado mencionado por el diccionario de la Real Academia Española (RAE) refiere a la acción de doblar o torcer algo varias veces.
La idea de replegar puede emplearse respecto a la persona que opta por no exteriorizar sus emociones, sentimientos o pensamientos, encerrándose en su intimidad. De esta forma, el sujeto que se repliega no es comunicativo ni comparte aquello que sucede en su interior. Por ejemplo: “Tras la muerte de su madre, el pequeño se empezó a replegar y se volvió muy callado”, “Ante la gente agresiva, siempre me voy a replegar: no me gusta exponerme”, “A partir de las preguntas de la policía, el joven se comenzó a replegar”.
Como puede apreciarse en los tres ejemplos anteriores, no todas las personas se repliegan como parte de su carácter, sino que en algunos casos esta necesidad de cortar la comunicación con el exterior surge como resultado de una experiencia traumática, como bien puede ser la muerte de un ser querido.
Por otro lado, incluso los individuos que tienden a replegarse porque esta imposibilidad forma parte de los rasgos fundamentales de su personalidad pueden actuar de una manera más relajada si se encuentran frente a personas con las cuales se sienten a gusto.
La introversión puede llevarnos a mostrarnos de una manera distorsionada frente a los demás, a dejar salir lo peor de nosotros y a ocultar nuestras virtudes como si se tratara de un retorcido proceso de selección para desagradar a los demás, y replegarse es una de dichas decisiones, ya que nos aleja de nuestro entorno.
Sin embargo, hablar con la persona adecuada puede ayudarnos a abrir aquellas puertas que creíamos firmemente cerradas. Ya sea que nuestra personalidad nos impida compartir nuestros sentimientos más profundos o que tras un evento muy difícil de superar no encontremos la manera de hacerlo, una actitud compasiva y receptiva del otro lado puede conseguir que nos ablandemos.
La noción también está vinculada a la retirada ordenada que se realiza después de un avance o de un ataque. En este sentido, el término se emplea con frecuencia en el ámbito militar: “La Organización de las Naciones Unidas exigió al país asiático replegar sus tropas”, “El presidente ordenó replegar las fuerzas armadas tras el acuerdo firmado ayer”, “El clamor internacional de replegar el ejército no fue escuchado por el líder europeo”.
No sólo el ejército puede replegarse: también la policía y otras fuerzas de seguridad que tuvieron que actuar ante ciertos incidentes: “No vamos a replegar las fuerzas policiales hasta que los manifestantes se retiren del predio”.
En el contexto del deporte, replegar es el movimiento que desarrolla un equipo cuando empieza a ocupar posiciones más cercanas a su zona defensiva: “Tras anotar el gol, el conjunto local decidió replegar sus volantes para fortalecer la defensa”.
Dicha decisión por parte de un equipo puede surgir como resultado de diferentes situaciones: por un lado, es posible que el director técnico indique a sus jugadores que cambien su distribución en el campo tras descubrir que el conjunto contrario es más poderoso o versátil de lo que esperaba; otra razón puede ser una lesión de alguno de los defensores, o bien de uno de los delanteros.
Replegar a la zona defensiva, por lo tanto, no siempre indica una falta de confianza en la habilidad o la fuerza de los jugadores, sino que puede ocurrir como consecuencia de que uno de ellos haya sufrido un accidente: si el goleador está lesionado, el equipo tiene menos posibilidades de anotar, mientras que si el desafortunado es uno de los defensores, aumentan las probabilidades del conjunto contrario.