Definición de refuerzo positivo
Refuerzo es un término con varias acepciones. En este caso nos interesa tomar su uso en el ámbito de la psicología, donde se considera que los refuerzos son estímulos que aumentan o reducen la probabilidad de que una determinada conducta sea rechazada o se vuelva a concretar en el futuro.
Los refuerzos, en este sentido, pueden dividirse en positivos y negativos. Un refuerzo positivo es aquel que favorece la reiteración de la conducta a partir de la concesión de un premio o de algún tipo de gratificación. El refuerzo negativo, en cambio, implica la eliminación de un estímulo negativo para evitar la repetición de la conducta.
El estímulo que se aplica para conseguir que un sujeto repita una conducta en particular se denomina reforzador y este concepto se opone al de estímulo aversivo, aquel que resulta desagradable para el individuo que lo recibe y promueve la interrupción de un comportamiento. En ambos casos, un estímulo debe definirse en función del efecto que tenga sobre el accionar del sujeto, y no basado en sus características inherentes.
Dicho de otra manera, un estímulo considerado un refuerzo positivo (o reforzador) para promover una determinada conducta puede dejar de serlo inmediatamente en el tratamiento de un paciente que no reaccione positivamente ante él, o que directamente lo ignore. Por citar un ejemplo, si bien la comida suele pertenecer a dicho grupo, existen muchas personas que, ya sea por padecer un trastorno de la alimentación o por no ser muy apegada al ámbito culinario, y para ellas no resulta especial ni atractivo, ya que buscan el placer por otros medios.
Los refuerzos positivos, en definitiva, buscan que la persona que recibe el refuerzo reitere o mantenga su conducta a través de entregarle algo que le genere placer o bienestar. Tomemos el caso de un niño que debe visitar una vez por semana al médico para recibir un cierto tratamiento. Su madre, ante la falta de voluntad del pequeño, decide regalarle un videojuego cada vez que visita al médico y cumple con todas las indicaciones. El videojuego, de este modo, funciona como un refuerzo positivo.
En un sentido similar, el dueño de una empresa puede premiar a los empleados que nunca se ausentan ni llegan tarde al trabajo con entradas gratis para distintos partidos de fútbol. Así, al finalizar el mes, el empresario reconoce a aquellos trabajadores que se destacan por su responsabilidad. Las entradas, por lo tanto, actúan como refuerzos positivos para fomentar la puntualidad y la asistencia.
El refuerzo positivo aparece especialmente en la corriente de la psicología conocida como conductismo, que se apoya en observar la conducta o el comportamiento de un sujeto de estudio y que lo define como el resultado de una serie de relaciones entre estímulos y respuestas. No debemos restarle importancia o profundidad a estos conceptos, ya que no todo es tan sencillo como algunos ejemplos gráficos lo hacen parecer.
Una de las discusiones más recurrentes gira en torno a la siguiente pregunta: ¿debería el refuerzo positivo contar con cualidades intrínsecas? Esto se refiere a si los reforzadores deberían tener propiedades absolutamente independientes de su relación con los sujetos, que simplemente respondieran a rasgos de su propia naturaleza, o si deberían estar pensados especialmente para buscar la reacción deseada en cada caso.
Hasta el momento no se ha conseguido una aceptación unánime del uso de cualidades intrínsecas en un refuerzo positivo, ya que además deberían utilizarse en conjunto con otros conceptos. Por ejemplo, la comida puede ser un reforzador, y si se impide comer a un individuo se pone en práctica la privación; sin embargo, si éste no siente apetito, dicho estímulo resulta inútil, a pesar de sus cualidades intrínsecas, como la capacidad de saciar el hambre.