Definición de recusación
Recusación es un concepto que tiene su origen en el vocablo latino recusatio. Se trata del procedimiento y el resultado de recusar (rechazar algo, no consentirlo). La noción es de uso frecuente en el contexto judicial.
Una recusación, por lo tanto, es el acto a través del cual se pide que un juez, un integrante de un tribunal o un fiscal no intervengan en un determinado proceso judicial por considerar que su imparcialidad no está garantizada. Esta impugnación debe ser presentada por la parte interesada, la cual, a través de un escrito formal, manifiesta las causas de la recusación.
Este acto procesal puede ser promovido en cualquier punto del procedimiento, es decir que no importa si la parte interesada no se da cuenta desde el principio de que la participación de la otra puede perjudicarla; en cuanto sea consciente de su potencial imparcialidad, tiene derecho de exigir que se desvincule del proceso judicial.
Uno de los puntos fundamentales de la recusación es que deben existir pruebas válidas y legítimas que permitan llevar a cabo los deseos de la parte interesada; sobra decir que si no fuera así, cualquier persona podría alterar la estabilidad de un procedimiento judicial exigiendo a cada paso un cambio en las autoridades participantes, ya sea por creer que no van a fallar a su favor o simplemente para ganar tiempo, por ejemplo.
La decisión última sobre la recusación queda en manos de un juez superior, quien debe definir si el juez recusado puede seguir actuando en el proceso. La existencia de un vínculo personal entre el juez y una de las partes, el hecho de que el juez haya obtenido algún beneficio o el prejuzgamiento son algunas de las causas que pueden motivar una recusación.
Es importante tener en cuenta que la recusación es un mecanismo aportado por la ley. Las partes intervinientes en un proceso tienen el derecho de reclamar que el juez se aparte de la causa cuando éste ha prejuzgado o cuando existan motivos para creer que no será imparcial. Si la recusación es aceptada, el juez será considerado incompetente en el caso en cuestión (es decir, dejará de tener competencia pese a que mantenga la jurisdicción).
Supongamos que un ex empleado de una empresa acusa al dueño de la compañía de haberlo despedido por su orientación sexual, demandándolo por discriminación. El empresario, en cambio, afirma que el trabajador fue despedido por robar dinero. Debido a que el juez que debe decidir sobre el caso fue compañero de colegio del empresario, la parte demandante pide la recusación.
La imparcialidad de un juez en un proceso es una falta gravísima, ya que pone en riesgo la libertad de terceros, y por eso también puede traer consecuencias serias para el primero si se descubre que persigue un beneficio a consciencia. Todos tenemos derecho a ser medidos por la misma regla, a ser juzgados sin tomar en cuenta ningún tipo de información que exceda los límites de las pruebas aportadas por la acusación.
Un concepto legal relacionado con la recusación es la excusa, una facultad que poseen los jueces para abstenerse de conocer un proceso si en el mismo se dan una o más circunstancias que ponen en duda su propia imparcialidad, las cuales pueden ser las siguientes:
* que una de las partes tenga algún tipo de vínculo con el juez, como ser un lazo sanguíneo o una relación de amistad o conocimiento lo suficientemente cercano como para impedir que se desempeñe con absoluta objetividad;
* que el juez haya prejuzgado;
* que alguna de las partes le haya entregado algún regalo;
* que el juez haya querellado para alguna de las partes.