Definición de recital
La noción de recital puede emplearse de distintas maneras. El término puede utilizarse para nombrar al acto que consiste en recitar o leer en voz alta una poesía. Por ejemplo: “Mañana habrá un recital poético en el centro cultural”, “La escritora dará un recital ante un grupo de estudiantes”, “El recital del poeta fue interrumpido por una protesta de trabajadores municipales”.
Recital, por otra parte, es el nombre que recibe la ejecución de diferentes obras musicales por parte de un mismo artista, conformando un único espectáculo. En este caso, el concepto puede emplearse como sinónimo de concierto: “Mi hijo asistió anoche al recital de U2 y volvió a casa muy contento”, “No olvides que la próxima semana ofreceremos un recital en la plaza”, “Se registraron incidentes antes del comienzo del recital, cuando la gente ingresaba al estadio”.
Los recitales, en este sentido, son eventos musicales. Por lo general contemplan la participación de artistas que tocan sus instrumentos y cantan en vivo: esto quiere decir que los asistentes escuchan la música creada en el momento, y no a través de grabaciones.
Es importante señalar que los recitales no siempre incluyen la voz como uno de los instrumentos, sino que puede tratarse de presentaciones o recopilaciones de obras para piano, guitarra o violín, por ejemplo. Además, a pesar de la percepción general de este término, no siempre describe una presentación en vivo, sino que puede ser una grabación en disco, algo muy común en el ámbito de la música académica (nombre que recibe formalmente la mal llamada «música clásica», ya que en este conjunto también se incluyen piezas del barroco y del romanticismo, entre otros períodos).
A propósito de recitales en los que no participan cantantes, a Franz Liszt se le atribuye la creación del recital para piano solo. Este gran compositor húngaro se destacó por su virtuosismo en dicho instrumento, algo que sin duda se aprecia en sus obras originales y en sus arreglos, que tan sólo unos pocos pueden darse en lujo de interpretar con maestría en la actualidad.
En el caso del canto lírico, por otro lado, es posible encontrar álbumes englobados en la categoría de recital, que incluyen una serie de obras de un mismo autor, probablemente siguiendo un criterio bien definido para reunirlas bajo una misma grabación, como ser la etapa en la que las escribió, o el país en el que se encontraba cuando las compuso, por ejemplo.
Otra diferencia que existe entre el recital popular y el académico es el espacio para la respuesta del público, más específicamente para los aplausos: en un recital de canto lírico o piano, por ejemplo, existen momentos específicos en los que se puede aplaudir, y muchas veces la audiencia debe esperar la ejecución de dos o más piezas ante de poder hacerlo, ya que pertenecen a una misma obra. Si bien cuestiones como ésta colaboran con la división que existe entre los amantes de cada tipo de música y alimentan la idea de que lo académico es elitista, resulta más respetuoso para con los compositores, las obras y los intérpretes.
Más allá de la música, lo habitual es que los recitales se complementen con juegos de luces, pantallas de video y otros elementos que dan forma a una propuesta de entretenimiento integral. Como dato curioso, dada la popularidad de los teléfonos móviles, en la actualidad resulta prácticamente imposible prohibir efectivamente al público que filme un recital desde su asiento, aunque todavía se intenta con medidas de seguridad muy estrictas.
Hay recitales que convocan a pocas personas y que se desarrollan en recintos de dimensiones reducidas, como un bar. Otros son multitudinarios y pueden reunir a cientos de miles de personas en un estadio o en un espacio público como una plaza o la calle.