Definición de radiología
Para poder entender qué es la radiología, primero hay que conocer el origen etimológico del término y eso nos lleva a determinar que procede del latín y del griego, ya que es fruto de la suma de dos palabras de dichas lenguas:
-El sustantivo latino “radius”, que puede traducirse como “rayo”.
-La palabra griega “logia”, que es sinónimo de “estudio”.
La radiología es el uso médico de la radiación para diagnosticar y tratar diversos problemas de salud. A partir de la utilización de rayos gamma, rayos X y otras clases de rayos, es posible obtener imágenes internas del organismo.
Lo habitual es que las imágenes que ofrece la radiología sean empleadas para diagnosticar una enfermedad. En ciertos casos específicos, la radiología también sirve para el tratamiento.
Las personas que desean trabajar como radiólogos, es necesario que se formen académicamente a través de los grados y carreras establecidos al respecto. Unas herramientas educativas estas con las que conseguirán adquirir los conocimientos necesarios al respecto como, por ejemplo, sobre los efectos de la radiación el cuerpo humano.
Se conoce como radiografía a la fotografía que, a través de los rayos X, revela cuestiones internas del cuerpo. Las radiografías permiten observar los huesos y así el médico indica qué tratamiento desarrollar ante una fractura, por citar una posibilidad.
Uno de los ámbitos de la medicina donde más está tomando protagonismo la radiología en los últimos años es en la odontología. Y es que ayuda a conseguir que los dentistas puedan conocer realmente cómo está la boca de sus pacientes, concretamente las zonas a las que las simple vista no alcanza.
En concreto, actualmente en ese campo tenemos que exponer que existen dos grandes grupos de técnicas radiográficas: las extraorales, que son las que se emplean para conocer y observar lo que es la parte exterior de la cavidad bucal, y las intraorales, que, como su propio nombre indican, se emplean para conocer el interior de la misma. Eso hace que, a su vez, estas últimas se puedan dividir en oclusales, periapicales y coronales.
Cuando la radiología tiene como objetivo central el establecimiento de un diagnóstico, recibe el nombre de radiología diagnóstica. Si, en cambio, se aplican sus técnicas para una intervención quirúrgica guiada por imágenes, se habla de radiología intervencionista. Ambas disciplinas, por supuesto, no están aisladas, sino que sus fronteras suelen borrarse en el marco de la interacción con un paciente.
Un ejemplo de radiología intervencionista es la embolización, que permite interrumpir el sangrado en un órgano o vaso mediante el uso de alguna clase de pegamento que logre introducir un bloqueo. Esta técnica se usa en el tratamiento de fístulas y aneurismas, entre otros trastornos que pueden afectar la salud de una persona.
De acuerdo a la región corporal en la que se centra la especialización, por otra parte, es posible referirse a la radiología ginecológica, la radiología cardíaca, la radiología odontológica y la radiología gastrointestinal, entre otras.
“Radiología” es también el nombre de una publicación sanitaria que realiza de manera oficial la Sociedad Española de Radiología Médica.