Definición de radicales libres

El concepto de radicales libres se utiliza en el ámbito de la química para nombrar a aquellos átomos o conjuntos de ellos que disponen de un electrón sin aparejar, una condición que les confiere inestabilidad y reactividad.

En búsqueda de equilibrio, los átomos que tienen un electrón desparejado intentan obtener un electrón adicional a costa de otro átomo. Una vez logrado esto, el átomo que cede el electrón pasa a convertirse en un radical libre y trata, entonces, de recuperar ese electrón en un tercer átomo. De este modo, se produce una reacción en cadena.

En concreto, se considera que los radicales libres se pueden clasificar en dos grandes grupos:
-Internos, entre estos se encuentran desde el estrés que se logra acumular por distintas circunstancias hasta el propio metabolismo pasando por la realización de una elevada cantidad de ejercicio…
-Externos. Dentro de este otro grupo se hallan el consumo de alcohol, una excesiva exposición al sol, el consumo de medicamentos, una mala dieta…

Los radicales libres se encuentran en la atmósfera (a través de la radiación) y en los organismos de los seres vivos. Los científicos también están en condiciones de realizar la síntesis de los radicales libres en un laboratorio.

Cuando la mencionada reacción en cadena que provocan los radicales libres tiene lugar en el interior del cuerpo humano, aparecen daños en las células y puede derivar en diversas enfermedades.

Lo que hacen los radicales libres es tomar electrones presentes en las células. Las personas podemos evitar el desequilibrio que genera esta situación a través de sustancias antioxidantes, que se encargan de la liberación de electrones en sangre. De este modo, los radicales libres captan aquellos electrones para conseguir su propio equilibrio y ganan estabilidad.

Además de todo lo expuesto, se hace necesario conocer otra serie importante de datos relativos a lo que son los radicales libres, tales como los siguientes:
-Están muy presentes en procesos tales como el metabolismo.
-Es importante tener claro que hay ciertos fenómenos o situaciones que provocan que el organismo cuente con un mayor número de radicales libres. Nos estamos refiriendo tanto a una mala dieta como al consumo de tabaco e incluso a lo que la contaminación que pueda existir alrededor de la persona en cuestión.
-Entre las patologías más habituales que pueden provocar los radicales libres se encuentran el cáncer, la diabetes, el Alzheimer, el Parkinson, el colesterol, la arterioesclerosis…
-Muchas y variadas son las consecuencias que puede traer consigo la acumulación excesiva de radicales libres. Así, además de las mencionadas enfermedades, se encuentran el envejecimiento, problemas de tipo cardiovascular e incluso serias dificultades que afecten al sistema nervioso.

La manera habitual de incorporar antioxidantes al organismo es a través de la alimentación. El pescado, el tomate, la naranja, la zanahoria y el vino son algunas de las sustancias que aportan antioxidantes y que contribuyen a evitar las consecuencias de las reacciones que producen los radicales libres.

Todo eso sin pasar por alto otros alimentos tales como el mango, las espinacas, el brócoli, el pimiento verde, el melón, las fresas, la naranja, el té verde, el kiwi…

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