Definición de radiación
Radiación (del latín radiatio) es la acción y efecto de irradiar (despedir rayos de luz, calor u otra energía). Para la física, se trata de la energía ondulatoria o de las partículas materiales que se propagan a través del espacio.
Existen diversos tipos de radiación. La radiación electromagnética es aquella supone la propagación de energía mediante la combinación de campos eléctricos y magnéticos oscilantes. Se conoce como espectro electromagnético a la distribución energética de las ondas electromagnéticas, que van desde los rayos gamma (cuya longitud de onda se mide en picómetros) hasta las ondas de radio (con longitudes de onda que pueden medirse en kilómetros).
La radiación corpuscular consiste en la propagación de partículas subatómicas que se desplazan a gran velocidad con carácter ondulatorio. Dichas partícula pueden estar cargadas o descargadas desde el punto de vista eléctrico.
La radiación solar es el conjunto de las radiaciones electromagnéticas que emite el Sol y que determinan la temperatura en la Tierra.
La radiación ionizante, por su parte, propaga la energía suficiente para ionizar la materia. Esto quiere decir que la radiación ionizante produce iones y extrae los electrones del estado ligado al átomo.
Los generadores de rayos X y los aceleradores de partículas son ejemplos de radiación ionizante. Es importante tener en cuenta que las radiaciones ionizantes producen efectos sobre la materia viva. Por eso puede ser utilizada para tratamientos de radioterapia en oncología, por ejemplo.
La radiación ionizante también puede ser dañina para los seres vivos, ya que la exposición excesiva a este tipo de radiación puede producir envenenamiento e interferir en el proceso de división celular.
Los peligros de la radiación electromagnética
Diversas organizaciones llevan años señalando las terribles consecuencias que puede tener el uso desmedido e irresponsable de dispositivos que basen su funcionamiento en las radiaciones electromagnéticas, tales como los teléfonos móviles, especialmente entre las personas más jóvenes.
Los teléfonos móviles son considerados por muchos un potencial peligro para nuestra salud; tanto es así, que algunos científicos aseguran que no es necesario estar realizando una llamada para que nos cause daño, sino que basta tenerlos cerca del cuerpo. Por otro lado, las estaciones de telefonía móvil representan una amenaza similar.
Entre las graves secuelas del contacto con las microondas de los teléfonos celulares, se encuentran el recalentamiento de las células del área del cerebro más próxima a la antena (que hoy en día es «invisible» para el usuario, dado que se encuentra dentro del aparato), la ruptura de cromosomas, alteraciones en la presión de las arterias del cerebro durante el uso del dispositivo, problemas para conciliar el sueño, dolores agudos de cabeza y problemas coronarios.
Por otro lado, la mayoría de usuarios de telefonía móvil no sabe que estos aparatos cuentan con un potenciador de emisión automático, que ajusta la intensidad de la onda en función de su distancia de la antena (también llamada «célula»); en otras palabras, cada vez que alguien realiza una llamada desde un punto con poca cobertura, recibe las mayores dosis de radiación.
Para los autores de las numerosas denuncias acerca del peligro de esta tecnología, resulta alarmante que las compañías y los gobiernos no informen a la gente acerca de estas cuestiones; por el contrario, les permiten que pongan en riesgo su salud sin siquiera ser conscientes de ello.
Sobra decir que entre las razones por las cuales se ocultan los riesgos que acarrea el uso de ciertos dispositivos se encuentran los intereses de las grandes compañías. Pero es indispensable resaltar que una de las enfermedades que pueden causar los campos electromagnéticos es el cáncer. Resulta difícil imaginar la vida en la ciudad sin ordenadores, televisores, electrodomésticos y teléfonos móviles; sin embargo, su uso, así como la exposición a las antenas de telefonía y las torres de alta tensión, es innegablemente peligroso para la salud.