Definición de putrefacción
Antes de proceder a conocer el significado del término putrefacción se hace necesario determinar su origen etimológico. En este caso podemos decir que deriva del latín, de “putrefactio”, que puede traducirse como “acción y efecto de pudrir”. En concreto, podemos establecer que es fruto de la suma de los siguientes componentes:
-El verbo “putrere”, que es sinónimo de “pudrir”.
-“Factus”, que es equivalente a “hecho”.
-El sufijo “-cion”, que viene a indicar “acción y efecto”.
El proceso y la consecuencia de pudrir se conocen como putrefacción. Lo putrefacto, por lo tanto, es lo podrido: aquella sustancia orgánica que se ha descompuesto, sufriendo cambios en sus cualidades y estado.
La putrefacción implica una alteración de lo orgánico, que adquiere una forma más simple a través de procesos químicos y físicos. Las diferentes materias que forman el organismo se reducen y adquieren una composición más sencilla. Las moléculas, por ejemplo, pueden descomponerse en átomos.
Es importante conocer también que existen dos fenómenos que pueden traer consigo el retardo de la descomposición:
-La momificación, que era típica del Antiguo Egipto y que se identificaba por el hecho de que el cuerpo inerte se mantenía en un ambiente seco y bajo otras determinadas circunstancias ambientales, dando lugar a que aquel se mantuviera durante mucho tiempo en unas condiciones aceptables de conservación.
-El embalsamiento, que se trata de retrasar la descomposición de un cuerpo mediante, por ejemplo, el uso de ciertos productos químicos.
Los animales (incluyendo los seres humanos) y los vegetales experimentan diferentes procesos de putrefacción, aunque con algunas características en común. La putrefacción, en animales, se inicia en el momento en el cual el corazón se detiene: el primer estado se conoce como fresco e incluye cambios en la coloración, rigidez muscular, enfriamiento, la transformación de las proteínas y otras sustancias en gases y ácidos orgánicos y la proliferación de microbios en el interior del cuerpo.
Tras el estado fresco, aparece el estado hinchado. El cadáver se hincha por el amontonamiento de gases, se generan líquidos que comienzan a salir por los orificios corporales y los insectos comienzan a comer los tejidos.
La putrefacción activa (donde se pierde masa) y la putrefacción avanzada (lo que queda del material cadavérico va dejando de existir) dan pasa al estado seco, en el que sólo quedan huesos, cartílagos y piel seca.
La causa de fallecimiento, la temperatura, la humedad, las precipitaciones y la facilidad de acceso de animales carroñeros o insectos a los restos inciden en las características del proceso de putrefacción.
Actualmente la putrefacción de un cuerpo es uno de los factores fundamentales sobre los que se sustenta el trabajo de los profesionales forenses a la hora de poder descubrir cuándo murió o fue asesinado. En concreto, estos establecen cuatro fases dentro del proceso de la putrefacción:
-Cromática, que es cuando, como consecuencia de una putrefacción intestinal, aparece una mancha verde en el abdomen.
-Enfisematosa, cuando, entre otras cosas, se produce la llamada circulación póstuma.
-Colicuativa, donde los tejidos se transforman en magma.
-Reductiva, cuando las partes blandas y óseas se transforman o desaparecen.