Definición de puño
Puño es una noción que deriva de pugnus, un término latino. El concepto tiene varios usos que se vinculan, de una forma u otra, con la mano.
El puño, de este modo, puede ser la mano cerrada y aquello que puede contenerse en su interior. Un golpe de puño, por lo tanto, es aquel que se aplica con los dedos contraídos sobre la palma. Por ejemplo: “Apenas el puño del japonés impactó contra el rostro del boxeador ruso, éste se desmoronó”, “La maestra está muy preocupada porque varios alumnos se tomaron a golpes de puño en el recreo”, “Para salir del coche, golpeó el parabrisas con su puño hasta romperlo”.
Exhibir el puño implica una actitud que puede tener distintos significados. Si dos personas están discutiendo y una le muestra el puño a la otra, el gesto se interpretará como una amenaza de pasar de la violencia verbal a la violencia física.
Lamentablemente, existe la idea de que sólo los hombres pueden usar el puño para pelear, y esto es culpa del machismo, uno de los males más grandes de la humanidad. Su eterna presencia en el habla cotidiana pone a las mujeres (y a cualquier hombre cuya sexualidad no lo lleve a la tradicional unión del pastel de bodas) por debajo del macho, del hombre de las cavernas que exhibe con orgullo a su mujer como si se tratase de un trofeo.
Sin embargo, basta con observar el mundo a nuestro alrededor sin los filtros que intentan implantar en nuestro cerebro los medios de comunicación, para encontrar un equilibrio entre el comportamiento de hombres y mujeres, salvo en países o ciudades donde la represión llega al límite y no sólo se transmite subliminalmente: hombres refinados o débiles físicamente; mujeres que descuidan su aspecto o que son capaces de ganar un enfrentamiento cuerpo a cuerpo contra un hombre; hombres homosexuales más valientes que los también estereotipados heterosexuales. Nacer con una mano y sus dedos es todo lo necesario para ser capaz de dar un golpe de puño.
Una situación extremadamente irritante puede producir en una persona la necesidad de cerrar sus puños con fuerza para contener su ira y evitar propiciarle un golpe a quien la está molestando. Así como existe un gran número de microexpresiones en la cara que permiten leer diversas características de una persona y saber, por ejemplo, si miente durante una confesión, esta acción pertenece al complejo lenguaje corporal y, si un tercero lo comprende a tiempo, puede evitar una desagradable pelea.
El puño no siempre es sinónimo de violencia; en algunos casos puede expresar impotencia ante una situación desesperante, como cuando una persona cierra su mano y golpea un mostrador o para exigir a otra una explicación o una compensación, por ejemplo. En un cuadro como éste, dicha acción puede interpretarse como «esto no es justo», «no puede terminar así», «no voy a permitir que me pasen por encima».
Levantar uno o ambos puños hacia el cielo, por otra parte, es una celebración tradicional, sobre todo en el campo del deporte. Cuando un futbolista marca un gol puede festejar la anotación de esta forma. Otras formas de enfatizar o coronar una victoria también incluyen el puño cerrado, aunque el movimiento del brazo difiere, ya sea que descienda o que se flexione.
Puño, por otra parte, es el nombre que recibe el sector de una camisa que se encuentra rodeando la muñeca: “Esta camisa me queda grande: los puños me cubren las manos”, “Necesito reemplazar el botón del puño”.
La zona por donde se toma un paraguas, un bastón, un arma u otro instrumento también recibe el nombre de puño o mango: “Lanzó el arma hacia arriba y la tomó por el puño antes de que cayera al suelo”.