Definición de pulso arterial

El pulso arterial es la percusión (el latido) que se genera cuando la sangre que bombea el corazón circula por las arterias y produce su expansión. Cada bombeo, de este modo, impulsa la circulación sanguínea y ensancha las arterías.

Es posible detectar y registrar el pulso arterial a través de una palpación con los dedos cordial e índice. El método es muy simple: se deben apoyar los dedos sobre alguna zona corporal en la cual haya arterias cercanas a la piel, como el cuello o la muñeca. De este modo, se puede sentir en los dedos cómo las arterías laten con el bombeo del corazón.

Concretamente, tenemos que exponer que el pulso arterial, de esa manera, se puede medir en determinadas partes del cuerpo y en base a esas recibe un nombre u otro:
-Pulso humeral. Como su propio nombre viene a indicar, es aquel que se toma en lo que es la cara anterior del pliegue del codo, hacia el medio.
-Pulso axilar, que es el que se palpa en la axila de la persona, en lo que sería la fosa más profunda de la misma.
-Pulso radial. Este, por otro lado, es el que se toma colocando los dedos anteriormente mencionados en la cara lateral y anterior de las muñecas. Es uno de los métodos más frecuentes usados para conocer el pulso de una persona.
-Pulso carotídeo. Este consiste en tomarlo en la zona donde se encuentran las arterias carótidas, que son los dos grandes vasos sanguíneos que se hallan situados en la zona del cuello.

El braquial, el poplíteo o el pedio son otros de los tipos de pulsos de los que se habla en función de la zona del cuerpo donde se toman.

La persona que decide tomarle el pulso a otra debe tener en cuenta varios aspectos relativos al mismo, tales como la velocidad que tiene, la forma de la onda de pulso y también la amplitud e incluso el ritmo y la frecuencia.

Factores todos estos que nos llevan a otra clasificación de tipos de pulso en base a la conjunción de aquellos. Así, nos encontramos con el céler, el dícroto, el paradójico…

Las personas adultas deben registrar entre 60 y 100 pulsaciones por minuto. La cantidad de pulsaciones determina lo que se conoce como frecuencia cardiaca, que revela a su vez los latidos del corazón. Cuando una persona realiza actividad física, la frecuencia cardiaca se acelera (es decir, se incrementa el número de pulsaciones). Una aceleración excesiva de la frecuencia cardiaca, con una cantidad elevada de pulsos arteriales por minuto, puede poner en riesgo la salud.

El pulso arterial puede palparse gracias a la presión arterial. Dicha presión refiere a la fuerza que ejerce la sangre cuando circula por el cuerpo, mientras traslada oxígeno y nutrientes a los diferentes órganos.

Lo normal es que la presión arterial se mantenga dentro de ciertos parámetros. Por eso, tomar el pulso arterial es un método que se emplea para determinar si un individuo está vivo: si se le trata de tomar el pulso a un sujeto y no se le detecta ninguna pulsación, quiere decir que no está registrando presión arterial y que, por lo tanto, su corazón no está bombeando sangre. Esto podría indicar que la persona ha muerto, aunque existen métodos más fiables y con mayor rigor científico para confirmar el fallecimiento.

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