Definición de puerto marítimo
El término puerto puede emplearse en diferentes ámbitos. Se trata, en su acepción más amplia, de la infraestructura que incluye diversos servicios para la realización de una cierta operación.
El significado más habitual de puerto se asocia al espacio que, situado en una orilla o en la costa, permite que las embarcaciones desarrollen operaciones de descarga y carga o de desembarco y embarque. Cuando dicha infraestructura se halla junto al océano, se habla de puerto marítimo.
Estos puertos, por lo tanto, ofrecen a los barcos un lugar seguro en la costa marítima para realizar distintas tareas. A través de diferentes obras, como la construcción de esclusas o diques, se protege a las embarcaciones del oleaje. De este modo, se pueden cargar o descargar mercaderías o favorecer el ascenso y descenso de tripulantes y pasajeros con mayor comodidad.
Los puertos marítimos suelen incluir dársenas para la estancia de los barcos, muelles para permitir el amarre, depósitos para almacenar las mercaderías y sistemas de señalización para facilitar el ingreso y regreso al puerto.
En concreto, se considera que todo puerto de este tipo dispone de tres áreas claramente delimitadas, en base a las funciones que en las mismas se realizan:
-La zona marítima, también llamada de acceso. En esta es donde las distintas embarcaciones, siguiendo las indicaciones establecidas, proceden a arribar en lo que es el puerto en sí. En este espacio hay que subrayar que la profundidad de las aguas es mínima y que se suelen establecer los canales para evitar dificultades en lo que son los movimientos y desplazamientos hasta las posiciones de atraque.
-La zona terrestre, que es en la que se realizan distintos tipos de maniobras. En este caso, la función de este espacio es la de muelle, ya que en el mismo se encuentran las distintas embarcaciones atracadas
-La zona de enlace con lo que son los medios terrestres en cuestión. Es decir, en la misma es donde se acometen tareas tales como la carga y descarga de las mercancías. No obstante, además en ella están las oficinas de las diferentes autoridades portuarias, los pertinentes almacenes y bodegas…
A todo ello hay que añadir que existen dos tipos de puertos marítimos: los de cabotaje, que se refiere a los movimientos entre puertos nacionales, y los de altura, que se refieren a transacciones internacionales.
Es importante ser conscientes de que los puertos marítimos de cualquier país son una base fundamental de la actividad económica del mismo. Así, los estudios llevados a cabo por parte de la OMC (Organización Mundial del Comercio) determinan que hasta un 80% de las mercancías que se comercializan en todo el planeta se trasladan mediante esa vía.
Cabe destacar que los puertos marítimos pueden tener diferentes orientaciones de acuerdo a los barcos que reciben. Algunos puertos trabajan con embarcaciones pesqueras, otros se orientan al comercio y algunos se especializan en la actividad turística.
Un ejemplo de puerto marítimo es el Puerto de Barcelona (España), que se halla junto al mar Mediterráneo. Cuenta con más de veinte kilómetros de atraques y muelles y una superficie en tierra de más de ochocientas hectáreas.
El Puerto de Mar del Plata (Argentina), junto al mar Argentino, está protegido por dos escolleras y permite el desembarco de cruceros internacionales, además de la operación de buques pesqueros y de otro tipo.