Definición de propugnar
Si estudiamos la etimología de la palabra propugnar, llegaremos a la lengua latina y al término propugnare. El concepto está vinculado al amparo o la defensa que se desarrolla de algo.
Quien propugna algo, por lo tanto, lo protege, adopta o difunde. Propugnar implica una acción que busca cuidar y/o impulsar aquello en lo que se cree. Por ejemplo: “Debemos propugnar una educación de calidad para nuestros niños”, “No creo que ninguna persona de bien pretenda propugnar un sistema económico que deje en la marginalidad a millones de compatriotas”, “Voy a propugnar una revisión de los objetivos corporativos”.
La idea de propugnar, en definitiva, puede emplearse de distintas maneras, siempre cercanas a la protección o la difusión de algo. La propugnación, en este sentido, puede llevarse a cabo en contextos muy diversos, aunque se utilicen otros términos para describirla.
Tomemos un caso concreto. Un candidato a la presidencia de un país anuncia que, de llegar al poder, se encargará de propugnar la industrialización ya que considera que se trata de una medida necesaria para lograr el crecimiento de la economía, la mejoría de las condiciones sociales y la defensa de la independencia. Al expresar su intención de propugnar un proceso de este tipo, estará manifestando que desarrollará políticas para impulsar y defender la industrialización (promoviendo la sustitución de importaciones, otorgando créditos estatales a las industrias, aumentando las tasas aduaneras para los productos extranjeros, etc.).
Otro caso podría ser el protagonizado por una organización no gubernamental (ONG) que se funda con el objetivo de propugnar la protección del medio ambiente, desarrollando campañas e iniciativas para cuidar la naturaleza. Para que dicha difusión tenga éxito, debe darse una respuesta positiva por parte de los ciudadanos. En otras palabras, propugnar una serie de enseñanzas y de ideas constructivas no es suficiente sin el accionar de quien las recibe, ya que se espera que las ponga en práctica para completar el ciclo.
Uno de los usos más comunes del verbo propugnar se encuentra en el ámbito de las leyes, cuando se habla de propugnar la justicia. Aunque este tema suele estar en boca de todos, son pocos los que verdaderamente hacen algo para defender sus derechos y los de los demás. El primer paso hacia una sociedad justa es conocer los derechos de todos los seres vivos de nuestra nación (tanto de los niños, como de los adultos y los animales), para poder ubicarnos en un terreno firme sobre el cual ser capaces de analizar los sucesos que nos rodean y determinar si los vulneran en alguna medida.
Pero además de conocer los derechos de los seres humanos y los animales, es necesario reconocer los actos injustos y actuar frente a ellos para evitar que se propaguen y que triunfen frente a la compasión y el respeto. Es éste, quizás, el paso que solamente dan unos pocos, y esto provoca en el mundo un daño mayor que la injusticia en sí. Cuando no somos capaces de enfrentarnos a aquellos que privan de su libertad a un tercero, es como si participáramos del delito.
Claro está que propugnar la justicia es una frase mucho más fácil de pronunciar que de cumplir, sobre todo en ciertos países y para ciertos grupos minoritarios, víctimas de la discriminación y la persecución. Levantarse contra la injusticia y expresar disconformidad no siempre trae resultados propios de una película de Hollywood, con un final feliz en el cual se exalta el heroísmo de quien se atreve a enfrentar al poder; las represalias contra los valientes pueden ser fatales, tanto para ellos como para sus seres queridos, y es a través del miedo que logran callarlos.