Definición de profeta
Profeta es un concepto que procede de propheta, un término latino, aunque su raíz etimológica se halla en la lengua griega. La noción se utiliza para nombrar a quien es capaz de realizar una profecía (es decir, de anticipar un acontecimiento futuro a partir de la gracia divina o mediante algún tipo de capacidad sobrenatural).
Por ejemplo: “Por aquellos años, un profeta llegó al pueblo y sorprendió a los habitantes con su habilidad para conocer el futuro”, “Este hombre se presenta como un profeta pero, para mí, no es más que un embaucador”, “Dios ha tenido muchos profetas a lo largo de la historia”.
En el ámbito de la religión, se conoce como profeta al individuo que puede intermediar entre Dios y el ser humano gracias a un contacto directo con la divinidad. Los profetas, por lo general, sostienen que Dios les comunica revelaciones que deben transmitir a la gente. Un profeta, por lo tanto, es un mensajero de Dios.
Las religiones, por lo general, cuentan con varios profetas. En el catolicismo, Jesús es el profeta más importante. Jesús también aparece mencionado como profeta por el islam. Samuel, Juan el Bautista y Moisés son otros profetas según algunas religiones.
Hay grupos religiosos que tiene profetas contemporáneos. Los mormones creen que los profetas son individuos convocados por Dios e investidos a través del sacerdocio. Los presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, de hecho, son considerados como profetas.
Cuando se habla de profetas, es imposible pasar por alto el nombre de Nostradamus, un consultor astrológico y médico oriundo de Francia que vivió en el siglo XVI y realizó impresionantes predicciones. Fue autor de una obra titulada «Las verdaderas centurias astrológicas y profecías«, la cual se editó en el año 1555 por primera vez. Este libro atrajo la atención de mucha gente, especialmente por la naturaleza misteriosa de su escritura.
Los más fervientes admiradores de Nostradamus afirman sin titubear que este profeta predijo todas y cada una de las catástrofes comprendidas entre su era y el año 3797, momento en el cual supuestamente cesará la existencia del mundo. Por otro lado, Nostradamus trabajó con la aristocracia francesa en la elaboración de horóscopos para la realeza, época en la cual se anticipó de manera sorprendente al fallecimiento del rey Enrique II. También se ocupó de la asistencia médica de la corte de Carlos IX.
Cabe mencionar que los detractores de Nostradamus aseguran que las coincidencias entre sus predicciones y las catástrofes sólo tienen lugar gracias a la manipulación de ciertos traductores, que hacen lo posible por torcer el texto original para dar la razón al profeta.
Más allá de la religión, suele calificarse como profeta a quien interpreta indicios o señales para predecir hechos futuros o a quien, por su actividad o labor, logra iniciar un camino que luego es seguido por otros: “Este crítico de arte es el profeta que anticipó el auge del existencialismo”, “Profeta en su tierra, Joseph Markalli logró imponer este género en toda la nación”.
La frase proverbial (generalmente conocida como dicho) «nadie es profeta en su tierra» es de uso frecuente en nuestra lengua y, aunque no mucha gente lo sabe, es un refrán que tiene su origen en la Biblia, más precisamente en San Lucas 4, 24. Su uso sirve para describir la situación de una persona que no pudo alcanzar el éxito o la notoriedad en su tierra natal, sino que tuvo que viajar al exterior para conseguirlos, probablemente por no haber recibido la atención o los medios necesarios, o bien por no haber sido capaz de superar los efectos de la envidia que sus virtudes despertaba en sus enemigos.